Cuando el Colón era Cannes

fernando molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La ciudad contó con su propio festival de cine cómico

07 mar 2011 . Actualizado a las 12:10 h.

La reciente muerte del músico Augusto Algueró ha traído a la memoria de muchos coruñeses sus visitas a la ciudad, junto a su entonces esposa Carmen Sevilla, para participar en galas benéficas, o la aportación que el compositor hizo al desaparecido Certamen de Cine de Humor que entre 1972 y 1983 se celebró en los cines herculinos, para el cual compuso la música de apertura. Se trataba de un festival nacido con humildes intenciones y recursos que, sin embargo, acercó a destacados actores y directores hasta el Teatro Colón, sede principal del evento, para terminar desapareciendo entre excesos presupuestarios bajo una nueva gerencia. Fueron los años en los que A Coruña aspiraba a colocarse entre San Sebastián y Cannes, dicho esto con toda la distancia y el respeto, y en los que se engalanaba a los jardines de Méndez Núñez como un paseo de la fama.

La idea de montar un festival de cine en A Coruña surgió en el seno de la Asociación Cinematográfica Coruñesa (Acico), «un grupo de locos por el cine entre los que estábamos Nicolás Gómez, Lino Rodríguez Madero o Luis Vázquez de Sancho, entre otros, y que comenzamos organizando una especie de cine club y que terminamos lanzándonos con esta aventura», afirma el productor y distribuidor cinematográfico Javier Ozores Marchesi. Encuentra un antecesor directo este festival en 1972, cuando se celebró el Certamen Cinematográfico Ciudad de La Coruña con un jurado presidido por Fernando Rey -«que siempre se portó de maravilla con el festival», apunta Ozores- y conformado por su esposa, Mabel Karr, Ángel del Pozo, Lino R. Madero, José Antonio Gaciño, Juan José Laredo Verdejo y el propio Ozores. Una primera prueba que fue clausurada con la exhibición de todo un clásico, French connection. Pero no sería hasta septiembre del año siguiente que nacía el festival con el término humor ya en su denominación, bajo la dirección de Luis Blanco Vila y con la presencia de Carlos Fernández Cuenca y Francisco Rovira-Beleta, entre otros, en el jurado. Hasta 1979 se celebró este festival por el que pasaron José María Forqué, Forges, Álvaro Cunqueiro, José María González Sinde, Juan Antonio Bardem o Camilo José Cela y en el que se vieron obras de Eric Rohmer, Woody Allen, Iván Zulueta, Truffaut, Chabrol o Gutiérrez Aragón, además de retrospectivas sobre Berlanga y Azcona, entre muchas otras.

Pero sin duda uno de los grandes méritos del certamen fue el de conseguir esquivar a la censura: «Ese era uno de nuestros objetivos, y conseguimos estrenar Fellini 8 1/2 o El imperio de los sentidos, de Oshima, que fue un escándalo. Eso sí, cuando la exhibimos, algunos organizadores nos quedamos en la terraza del Kirs, mirando a la puerta del Colón, esperando a que saliese la gente con las manos en la cabeza. Pero no salió nadie hasta cinco minutos antes de acabar la película, y lo hacían clamando al cielo, pero después de haberse visto toda la cinta», recuerda Ozores entre risas.

Otra de las innovaciones del festival fue la de incluir el formato cortometraje entre sus exhibiciones. Pero fue sin duda la inclusión de la Mostra de Cine das Nacionalidades e Rexións la que abrió camino a un nuevo tipo de certamen: «Fuimos pioneros en meter producciones en gallego, catalán o vasco... Y eso no cayó demasiado bien en ciertos sectores», admite Ozores, que, sin embargo, destaca la aceptación que tuvieron este tipo de iniciativas: «Tenía todo una aceptación enorme. Los cines se llenaban, porque el Colón se nos quedó pequeño y tuvimos que incluir otras salas. Y en ocasiones el espectador tenía mucho mérito, porque algunas de las películas que metimos para rellenar eran auténticos churros», reconoce.

Finalmente, la falta de presupuesto hizo que la edición de 1980 no llegase a celebrarse, aunque volvería dos años más tarde bajo la gerencia de Ángel Arijón, funcionario del Ministerio de Cultura y secretario del Sindicato Nacional del Espectáculo.