El rescate

Luís Ventoso

A CORUÑA

03 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando se mezclan churras con merinas las cosas suelen acabar mal, o parcheadas con una chapuza. Cela era un literato extraordinario, y quien lo lea seguirá certificándolo con gran placer. Pero eso no quiere decir que toda la farfolla que lo acompañó en vida sea un bien sacrosanto, que debemos preservar en un altar pagándolo a escote todos los gallegos.

La Fundación Cela en Iria era desde hace tiempo un templo mortecino: mínimas visitas, buena parte del legado sin exponer... Pero eso sí, sueldos muy altos y una plantilla sobredimensionada para la demanda de lo que allí había. Resultado: Marina Castaño, su presidenta, y su equipo gestor sumieron a la fundación en la quiebra y el olvido. En realidad, nadie lo lamentaba demasiado ni tenía en mente aquello. Los gallegos podíamos seguir viviendo tranquilamente sin Fundación Cela. Y si se trata de custodiar sus escritos y el material cultural -no el circense- que recopiló el maestro, sobran museos modestos donde exponerlo.

Por todo ello, tiene mala venta que la Xunta tenga que convertirse, con el dinero de nuestros impuestos, en dueña de una fundación para salir al quite de la mala gestión de Marina Castaño. Cela vive en sus obras, no cargando sus reliquias al erario público ¿Se está rescatando el legado de Cela o los problemas de su viuda?