Derrota bizantina y entierro coruñés

Rodri García A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

El último descendiente del último emperador de Bizancio murió en A Coruña, según un texto hallado en la Universidad de Londres por el historiador Mark Guscin

01 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«El último descendiente conocido de la familia imperial de Roma en el Oriente encontró su último lugar de descanso aquí en nuestra ciudad. Las últimas noticias que tenemos de Roma y Bizancio están enterradas en un lugar desconocido de A Coruña; una historia triste y melancólica de declive y caída, del paso del mundo antiguo al moderno, pero una historia que merece una mención en los anales de la ciudad». Esto sostiene el historiador Mark Guscin como conclusión de una serie de investigaciones que le han llevado al sorprendente descubrimiento de que último descendiente del que hay noticias del último emperador de Bizancio, Constantino XI Paleólogo, murió en A Coruña en 1693.

Guscin está haciendo su tesis doctoral, a distancia en la Universidad de Londres, y «la fuente principal, donde lo descubrí, es el tomo III de la historia de Bizancio de John Julius Norwich, titulado Byzantium Decline and Fall (Londres, 1995), uno de los libros básicos en mi tesis doctoral» y en cuya página 488 se cita A Coruña como el lugar donde murió Teodoro, dicho descendiente, tras llegar a la ciudad en los buques de al armada de Carlos II de Inglaterra.

Relata Guscin que el 29 de mayo de 1453, «antes de que amaneciera, el Sultán de los turcos Mehmet II, con solo 21 años, conquista la reina de las ciudades, Constantinopla, poniendo fin así al último vestigio del imperio romano». Recuerda que mil años antes el emperador romano Constantino el Grande había fundado dicha ciudad y que los bizantinos «veían a sus emperadores como herederos de Augusto, Antonino Pío, Marco Aurelio y Teodosio el Grande y se llamaban a ellos mismos, en griego, romaioi ».

Tras la mencionada derrota ante Mehmet II, Constantino XI Paleólogo «se negó a huir cuando vio que todo estaba perdido; se deshizo de cualquier señal que lo identificase como soberano para que no lo capturaran vivo y cayó luchando con sus soldados, pero la familia no se extinguió». Entre sus descendientes directos estaban «un tal Teodoro Paleólogo, que murió en Inglaterra el 21 de enero de 1636. Hay una placa conmemorativa de su fallecimiento en la iglesia de San Leonardo, en Landulph, Cornualles; uno de sus hijos, Fernando, emigró a Barbados y su tumba sigue ahí, proclamando su ascendencia y la fecha de su muerte en 1679», relata Guscin. Recuerda que el hijo de Fernando, Teodoro, «volvió a Inglaterra y se alistó en la armada», muriendo en A Coruña. El cementerio inglés sería el lugar más adecuado para encontrar la tumba del tal Teodoro, «pero ahí ya miré y no está enterrado, seguro», apunta el historiador para concluir que lo más probable es que, como era habitual entonces entre la armada inglesa, «fuera enterrado en el mar».