Unas vacaciones en el mar un poco gélidas

A.?L.

A CORUÑA

01 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Acostumbrados al tiempo soleado y cálido del Mediterráneo, los cerca de 2.000 pasajeros alemanes del crucero Mein Schiff, se encontraron ayer en la ciudad con unas temperaturas algo más bajas, que hicieron que tuviesen que cambiar por mantas las toallas de la tumbonas de la cubierta. Mientras, los que optaron por bajar del barco y darse una vuelta por las tiendas del centro coruñés vestían unos atuendos muy típicos de los turistas que visitan Galicia, y que se caracterizan principalmente por lucir sandalias con calcetines y bermudas. El crucero, con bandera de Malta, atracó en el puerto coruñés a primera hora de la mañana, y sobre el mediodía celebró una recepción oficial con las autoridades marítimas, municipales y de seguridad de la ciudad, puesto que se trataba de la primera vez que el Mein Schiff hacía escala en A Coruña. La anécdota del acto la protagonizó el capitán, Michael Block, cuando le entregaron una placa con el escudo de la ciudad y afirmó: «Este faro lo he visto yo por algún sitio», en referencia a la torre de Hércules. A continuación, tuvo lugar una visita por las instalaciones de este crucero, construido en 1996, con más de 262 metros de eslora, trece plantas y 800 miembros de la tripulación. Entre los servicios de los que pueden disfrutar los pasajeros del Mein Schiff están un casino, una completa sala de masajes, sauna y gimnasio; varias piscinas y yacusis; un enorme teatro con espectáculos diarios; un auditorio para conferencias y otro para reuniones, o una zona para jugar a la Wii y otra para conectarse a Internet. Entre los muchos bares y restaurantes con los que cuenta este crucero hay uno de tapas típicamente español, y en el que incluso suena música latina. La estancia del Mein Schiff coincidió también con la visita del buque Prince Albert II -con 67 pasajeros a bordo-, que está especializado en cruceros por las zonas heladas de Groenlandia y los polos.