La grafiosis es una enfermedad que afecta a los olmos y que se hace visible porque los árboles presentan un color amarillento y raído, y tienen las puntas de sus ramas secas. Otro de los síntomas más evidentes de esta plaga es que los troncos se tiñen con una especie de líneas o manchas de color pardo-negruzco, y que delatan las zonas en las que el hongo ha atacado y obstruido los vasos conductores de savia, lo que deriva en la muerte del árbol en un breve espacio de tiempo.
El insecto que transmite la grafiosis puede llegar a construir numerosas galerías en el tronco y las ramas del árbol, donde deja sus huevos para reproducirse. De hecho, una de las características de esta plaga es su rápida transmisión, por lo que ya ha acabado con la vida de millones de ejemplares en toda Europa. Según los últimos datos, se estima que desde que esta epidemia entró en el continente -es de procedencia asiática-, la población de olmos ibéricos ha descendido entre un 80 y un 90 por ciento, y en ciertos países de Norteamérica su incidencia es todavía mayor.