Un entierro histórico

Carlos Fernández

A CORUÑA

El escritor Manuel Curros Enríquez recibió sepultura?en el cementerio de San Amaro en abril del año 1908

23 oct 2007 . Actualizado a las 12:39 h.

Pocos entierros han sido tan multitudinarios en A Coruña como el del insigne poeta celanovense Manuel Curros Enríquez, fallecido en La Habana el 7 de marzo de 1908. Ya la ciudad coruñesa le había demostrado su admiración en un acto de coronación literaria celebrado en octubre de 1904, pero ahora era la despedida definitiva del más excelso poeta civil, con Rosalía, de Galicia.

Tras la llegada por vía marítima, el féretro fue depositado en el salón de actos del Ayuntamiento coruñés, entonces contiguo a la iglesia de San Jorge. Le habían acompañado el presidente del Centro Gallego de La Habana, señor López Pérez, el maestro Chané y el redactor del Diario de la Marina Alfredo Nan. Entre los que le velaron estaban Adelardo Curros, hijo del poeta; Alfredo Vicenti, Manuel Murguía; el alcalde Sánchez Anido; el gobernador civil Crespo de Lara; el cronista de Ourense, Fernández Alonso, y el famoso Médico Rodríguez.

El 2 de abril de 1908 el comercio coruñés cerró sus puertas, la alcaldía publicó un bando invitando al acto a todo el vecindario, los balcones mostraron la bandera nacional con crespones negros. La Voz dedicaba toda su primera plana a Curros, encabezado por un editorial en el que, entre otras cosas, se decía: «El sentimiento de este pueblo por la pérdida del hombre eminente y del poeta inmenso se ha demostrado ya en estos días y hoy se demostrará otra vez con una manifestación pública en la que no ha de faltar el testimonio de presencia y de pésame de cuantos comparten el pesar de la región entera».

Tras un recorrido por las calles de la ciudad, el féretro, que iba envuelto en la bandera gallega sobre una carroza negra, llegó a media tarde al cementerio de San Amaro. Igual que ocurre ahora, fue saludado con grandes aplausos. Curros recibió sepultura en el nicho 92 del tercer departamento. Junto a él se depositaron más de dos docenas de coronas, enviadas por organismos oficiales, sociedades culturales e instituciones diversas. La Voz insertó al día siguiente, en su amplia reseña del acto, una emotiva carta de Curros que poseía la escritora Filomena Dato Muruais, escrita hacía catorce años, antes de partir para La Habana.

Teatro Principal

Pero faltaba todavía algo más: un acto necrológico en homenaje del poeta que se celebró al día siguiente en el Teatro Principal, con un lleno total. Comenzó con la interpretación del Nocturn o de Juan Montes, por el orfeón El Eco. Después se leyeron las numerosas adhesiones y se recitaron poesías de Curros por Manuel Lugrís, Filomena Dato, Lisardo Barreiro, Rodríguez Cobelas, Armada Teijeiro y otros. A continuación se leyeron los discursos. Empezó el periodista Alfredo Vicenti, director de El Liberal , quien señaló en un párrafo: «El mar se nos lo llevó vivo y nos lo devolvió muerto. Este otro golfo del Finisterre más piadoso permitirá que en las riberas de acá sigamos viéndole, oyéndole y amándole, siquiera su alma tenga en las riberas de allá el deseado descanso».

Después, el señor Lezón dijo que el cadáver de Curros pertenecía tanto a Celanova como a Coruña, siguiéndole en el uso de la palabra Linares Rivas y el catedrático de la Universidad compostelana Cabeza de León. El señor Barreiro leyó una carta del jefe del Partido Liberal, señor Moret; siguiéndole en el uso de la palabra los señores Porras, Casás y Manuel Murguía, cerrando las intervenciones el presidente del Centro Gallego de La Habana, López Pérez, quien dijo que representaba a 25.000 gallegos.