El Mercedes amarillo es historia

A. Lorenzo / A. Mahía A CORUÑA

A CORUÑA

Crónica | El final de un vehículo emblemático Ya descansa entre escombros el coche que saludó desde lo alto del viejo concesionario Louzao a todos cuantos entraron y salieron de la ciudad en las últimas décadas

03 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Ni se quejó. Fue su primer y único viaje. El Mercedes amarillo de las antiguas naves de Louzao quedó ayer sepultado bajo los escombros, después de que una grúa tirase con el singular garaje que lo alojó durante los últimos veinte años. El vistoso vehículo -que sólo contaba con la carrocería, puesto que no tenía ni motor ni sistema eléctrico- tardó pocos segundos en quedar reducido a chatarra y sumergido entre los restos del emblemático edificio coruñés. Una gigantesca grúa se deshizo del coche en menos que canta un gallo. Agarró el vehículo por su parte delantera con sus grandes tenazas como el que coge una pluma y lo dejó caer desde lo alto de la torre. Fue toda una atracción. Decenas de conductores que circulaban en ese momento por Alfonso Molina aparcaron en el arcén para seguir la operación. La pasarela peatonal que une Carrefour con Matogrande se llenó de peatones captando con sus móviles el momento histórico. Y eso que el acontecimiento no se avisó con antelación. Durante las últimas semanas, los trabajadores de la empresa vasca Usabiaga -la misma que está derribando la Fábrica de Tabacos y que instaló la grúa más grande del mundo en el puerto exterior- realizaron los trabajos de demolición de este singular edificio, diseñado por el arquitecto Domingo Tabuyo y que supuso una revolución en el mundo de la construcción, puesto que por primera vez se dejaba el hormigón al aire. Trabajos Las operaciones de derribo se llevaron a cabo por fases, tirando primero las dos plantas de la nave, y dejando únicamente a salvo la torre en la que se alojaba el Mercedes amarillo más famoso de la ciudad. Durante la semana pasada, se llevó a cabo la recogida de los escombros que quedaron esparcidos por esta finca de la avenida de Alfonso Molina y se destruyó el sótano del edificio, al mismo tiempo que se esperaba la llegada de un brazo más grande para colocar en una grúa y poder derribar el resto de la construcción. Está previsto que durante los próximos días se proceda a la recogida de todos los restos del edificio, labor continuará tras Semana Santa. Aunque en un principio se barajó la posibilidad de que este modelo 115 de Mercedes pudiera tener un final distinto, no se llegó a un acuerdo para que algún coleccionista se lo llevase.