El muro de Repsol que divide el Castrillón será eliminado en parte

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Ayuntamiento, vecinos y empresa petrolera acuerdan rebajar el impacto de la estructura La mejora se completa con la construcción de dos glorietas y varios pasos peatonales

08 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Los vecinos del Castrillón no tendrán que cortar el tráfico en la avenida de Monelos para que les hagan caso. El Ayuntamiento y Repsol han aceptado su petición de que se reduzca el impacto de los tubos de la refinería a su paso por la calle Oleoducto. El muro que divide al barrio, y que sigue el trazado de las instalaciones petroleras, será eliminado en una parte y rebajado en los tramos en donde no es posible suprimirlo. Además, se ha alcanzado un acuerdo para reordenar el tráfico y embellecer la zona. El plan futuro de actuación se precisó ayer. Directivos de la asociación vecinal Castrillón-Urbanización Soto se reunieron con el concejal de Urbanismo, Salvador Fernández Moreda. Había un punto de partida, que era el acuerdo alcanzado la pasada semana entre los residentes en la zona, el Concello y la empresa petrolera. Según explicó la asociación vecinal, en la reunión se concretó que a lo largo de todo el bulevar de la calle Oleoducto existirán tres conexiones para el tráfico rodado: una a la altura de la avenida Casanova de Eirís; otra a la de la calle Sargento Veiga y una tercera en las proximidades de la avenida de Monelos. El alcalde Francisco Vázquez añadió que se construirán dos glorietas en la zona. Circulación Además, diversos pasos peatonales facilitarán el acceso de los vecinos al citado bulevar y permitirán la circulación entre ambos viales de la calle Oleoducto. La suavización del muro también fue detallada por el alcalde, que mostró su satisfacción por el rápido acuerdo. Así, partiendo de la avenida de Monelos, el oleoducto quedaría al mismo nivel que la rasante de la calle en sus primeros veinte metros. En el tramo siguiente, de la misma longitud, se rebajará en un metro. El resto del oleoducto se recortará en 75 centímetros en sus costados, lo que supondrá un ligero alomamiento del bulevar en ese tramo. La asociación vecinal inició la pasada semana una campaña de recogida de firmas, y llegó a formar una comisión gestora, para reclamar la eliminación del muro de la calle Oleoducto. Los residentes denunciaron que la estructura de contención divide el barrio en dos e interfiere y dificulta las comunicaciones. Alternativa descartada Tan pronto como surgió el conflicto, Repsol indicó que, a demanda del Ayuntamiento, se estaban estudiando alternativas para reducir el impacto del oleoducto en la zona. Soterrar más las tuberías se descartó de inicio, pues exigiría paralizar la actividad de la Refinería para realizar las excavaciones necesarias, «Esto supondría el cierre de la factoría, lo que A Coruña no se puede permitir», explicó el alcalde. El oleoducto fue construido en 1964 y el muro de la discordia se levantó con la apertura de la avenida de los Caídos, dado que al rebajarse la cota del monte era necesario levantar contenciones. Las actuaciones urbanísticas proyectadas, entre ellas las de Eirís, han ido alterando también el aspecto de la construcción, que en algunos puntos sobrepasa en dos metros de altura la rasante de la calle.