Los celestes encadenan su peor racha goleadora en Balaídos

La Voz

GRADA DE RÍO

10 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Hay que remontarse al mes de agosto, al 1-1 frente al Granada para encontrar el último gol que el Celta consiguió en Balaídos. El equipo encadena cinco partidos consecutivos sin marcar en casa, y con semejante bagaje es imposible que salgan las cuentas.

El ataque

Peleados con el gol

La ocasión inicial de la que dispuso Nolito a centro de Santi Mina prometía una noche feliz en Balaídos, pero nada más lejos de la realidad. Desde el momento en el que el Celta pone un pie en su césped, su fútbol se vuelve romo y carente de profundidad. Le cuesta generar ocasiones, y cuando consigue subir un punto su velocidad y aproximarse a la portería rival, o bien se precipita o bien se enreda demasiado.

Delanteros

Más madera, sin éxito

El Celta acabó en el terreno de juego con media docena de atacantes. Y es que tanto la línea más ofensiva, con Nolito, Charles y Rafinha, como el centro del campo, con Álex López, Augusto Fernández y Krohn-Dehli, tienen un perfil claramente ofensivo. La segunda línea de ayer, de hecho, fue la que la temporada pasada formaba el ataque del Celta. Sin embargo, toda la madera que Luis Enrique puso en el campo no se tradujo en goles. Cierto que Rafinha revitalizó la banda derecha y que Krohn-Dehli llevó peligro en los últimos minutos, pero el resultado no se movió.

Pánico escénico

Charles se desinfla

El idilio de Charles con el gol está está en cuarentena. El teórico goleador del Celta fue ayer una sombra de sus inicios. Puso trabajo, pero su chispa se ha quedado por el camino.