El 2012 quedará en la retina de los celtistas como el año del regreso a Primera. El sufrimiento de temporadas anteriores dio paso a la euforia de manos de un Paco Herrera que ha visto cumplido un reto. Y también un objetivo.
-¿Qué valoración se puede hacer de un año como el 2012?
-Ha sido un año de sobresaliente para el equipo, para los jugadores y para el celtismo, porque el equipo ha vuelto a Primera División, con muchos jugadores de la tierra, con un equipo que en el otro apartado, el económico, está en unas condiciones magníficas. Creo que es un año magnífico que no serviría de nada si no lo rematáramos con la salvación a final de Liga.
-¿Qué ha significado para el equipo y para usted lo vivido en los últimos doce meses?
-Para el equipo ha supuesto la confirmación de muchos jugadores y de un proyecto que el club empezó hace unos años con otras personas que lo hicieron bien, y ahora me toca a mí. La confirmación de muchos jugadores jóvenes que son de Primera con letras mayúsculas. Y para mí, personalmente, el sentirme en paz conmigo mismo. Era como un reto, un objetivo que me marqué cuando vine. Conseguirlo es como decir... descanso de esto. Ahora viene la segunda parte, ese segundo reto que es la confirmación.
-¿Se esperaba un desembarco así en Primera?
-El desembarco ha sido como esperaba. Entiendo que podíamos tener por lo menos tres puntos más que nos harían estar felices, pero no me quejo. Este equipo ha aprendido lo que tenía que aprender y no tiene excusas para no sacar esto adelante.