Cuatro puntos de los últimos seis disputados allende la muralla. El Club Deportivo Lugo completó un partido serio. Pese al viento, intentó jugar la pelota y sufrió exiguamente durante la primera mitad, pero apenas creó. Sacó el balón jugado sin mayor inconveniente, pese a la dificultad añadida de la brisa. No obstante, las tres ocasiones rojiblancas más asequibles en el cómputo global se alcanzaron merced a castigar el error ajeno mediante pases veloces y al espacio. Contragolpear. Un recurso alternativo que otorga sus frutos. Equilibrar ideas para enriquecer la propuesta. De este modo, más posibilidades de alcanzar objetivos. Así, llegaron las opciones de Caballero, en la primera mitad; e Iriome y el propio Pablo, en la segunda. En la tercera tentativa, golazo del spaghetto, quien volvió a demostrar que, más allá de su altura y compromiso, cuenta con calidad. Desmarque, velocidad, recorte, cambio de pierna y definición seca.
Los rojiblancos sufrieron con las internadas del combativo Michael Pereira, por derecha; y del descarado y vertical James Anthony Davis, por izquierda. El Mallorca dominó la segunda parte gracias al poderío de Héctor Yuste y la entrada del toque talentoso de Damià Sabater, así como de los citados extremos. Una formidable asistencia de Yuste provocó el 1-0. El Lugo buscó la igualada y la alcanzó con un punta que es sinónimo de peligro. José Juan hizo el resto. Una tarde más en la oficina para el portero vigués. Israel, nuevamente en el once, mostró su solidez habitual. Carlos Pita aportó la calidad con sus pases verticales intentando superar las líneas de la segunda zaga menos superada desde su ubicación como volante liberado. Los lucenses volvieron a anotar lejos de casa por segunda jornada consecutiva después de encadenar tres fechas intermedias sin conseguirlo. El equipo fue, como es habitual, competitivo en todo instante. Veintiún puntos transcurrido un tercio de campeonato. A estas alturas en 2012, dieciséis; en 2013, veinticinco: y en 2014, dieciocho. La actual, una suma asimismo brillante. Sembrar para recoger.
En seis días, otro ilustre, el Real Valladolid, visita nuestra ciudad. Un club habitualmente en Primera. El enésimo domingo para el disfrute. Desde la llegada de Miguel Ángel Portugal, suma ocho puntos de 15 posibles. Igualmente, el Club Deportivo Lugo, en el Ángel Carro, es muy difícil de batir. Los datos estadísticos y el modo en el que juegan los rivales así lo atestiguan. Mérito lucense.