El embrujo del Ángel Carro

Miguel Álvarez LUGO / LA VOZ

DEPORTES

Un grupo de aficionados anima desde el fondo norte en el choque ante el Alcorcón.
Un grupo de aficionados anima desde el fondo norte en el choque ante el Alcorcón. Óscar Cela< / span>

Los jugadores ofrecen una versión mejorada con la casaca del Lugo

15 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Durante las cuatro temporadas en las que Quique Setién ha permanecido como entrenador del Lugo, el conjunto rojiblanco ha protagonizado una constante evolución en sus resultados. Consolidado en la categoría de plata, ya trabaja para el reto de la temporada 2013-2014. Por el camino han quedado un rosario de futbolistas que han aportado su grano de arena para que el conjunto de la ciudad de las murallas haya alcanzado sus metas. Pero muchos de ellos no han alcanzado el mismo nivel lejos del río Miño. Algunos aún permanecen cautivados por el embrujo del Ángel Carro.

Marcos Rodríguez

«El futbolista aprende y se divierte». Fue el cerebro del Lugo durante los dos primeros años de Quique Setién como técnico. Marcos Rodríguez reconoce sin tapujos que la temporada 2010-2011, la última en la que vistió de rojiblanco, fue «la mejor» de su carrera. «Guardo muy buen recuerdo de la afición y del club», apunta.

Compartió eje con Pita y Seoane, los dos mediocentros titulares esta campaña. Después, cambió de aires hacia Tenerife y Cartagena, donde aún le resta un año de contrato. Del método Setién recuerda que «el futbolista aprende y se divierte. Lo que él transmite hace buenos a los jugadores».

Tornero

«Nunca fui tan feliz como en Lugo». Carlos Tornero abandonó el conjunto rojiblanco en verano de 2011. Después, ha pasado por Eibar y Ontinyent, equipos en los que no alcanzó el nivel que dio en el Ángel Carro. Acerca de su etapa en la ciudad de las murallas, asegura que «nunca fui tan feliz como en Lugo. En el club, te dan todo lo que necesitas. Si tienes contrato en vigor, sabes que no te van a tirar. Es un mundo diferente».

Acerca de sus recuerdos en la escuadra rojiblanca, el valenciano señala que «el club es una familia. Te ponen todas las comodidades, y Quique Setién y Carlos Mouriz son los principales responsables».

«Cuando me lesioné, al día siguiente estaba renovado. Esto te da una tranquilidad que te permite rendir incluso por encima de tus posibilidades. El Lugo es diferente, porque no trata a los jugadores como una mercancía», expone Tornero.

Admirador confeso de Quique Setién, el extremo indica que el cántabro «no tiene límites. Yo lo comparo con Djukic o Guardiola. Creo que podría estar en el Atlético de Madrid o el Valencia sin ningún problema. Es cercano y te enseña tanto... Con él, todo son automatismos. Le da igual el futbolista que esté a sus órdenes, porque le va a hacer rendir bien».

Tornero tiene grabada en la retina una de sus actuaciones con el Lugo en Pasarón: «Llevaba tres meses sin jugar porque había tenido un problema físico. Nos enfrentábamos al Pontevedra. Estábamos empatados a dos. Salí al campo, pero tenía un poco de miedo. Entonces, Carlos me dijo que me emplease con confianza, que si me lesionaba, estaba renovado. Le di el pase del tercer tanto a Azkorra».

Quero

«Pensaba en Lugo desde Logroño». Sus galopadas por la banda y goles en partidos clave impulsaron a los rojiblancos hacia el ascenso a Segunda. Félix Quero se adueñó del carril derecho del Ángel Carro, pero se marchitó esta campaña en el Logroñés. «Ya había rendido a buen nivel antes de llegar al Lugo, había conseguido un ascenso en Irún. Pero estuve muy contento en todos los aspectos en la ciudad. Me encontraba mejor que en casa, me sentía querido y, además, tenía protagonismo. Cuando me comunicaron que no seguiría, me llevé un palo gordísimo. Fui incapaz de superarlo», relata.

El asturiano fue una víctima de la morriña en tierras riojanas: «Pensaba en Lugo desde Logroño. La cabeza no me iba y me quedé anclado».

Sobre Setién, indica que «es muy buen entrenador y te ayuda. Si eres capaz de asimilar lo que quiere de ti, te hace mejor. Su estilo me venía muy bien, aunque le gustan más los extremos con más juego interior que yo».

Zarandona

«En el partido en Eibar, me quité un peso de encima». Iván Zarandona es el contrapunto a lo que suele pasar en las últimas campañas en el Ángel Carro. No brilló en el Lugo, pero esta temporada se convirtió en pieza indispensable para el Noja. Sobre su estancia en la ciudad de las murallas, el mediocentro guineano manifiesta que «fue el único año en que no fui importante. En el partido en Eibar, en la promoción, me quité un peso de encima. Por circunstancias del rival, me tocó participar por mis cualidades y mi juego aéreo. Después, tuve una gran satisfacción por el reconocimiento de la gente».

Pese a que está más familiarizado con el juego directo que con el combinativo, Zarandona no se esconde: «Futbolista de muchas excusas, futbolista mediocre».