Las contradicciones del fútbol volvieron a aflorar. Un Lugo incapaz de explotar su superioridad numérica en Jerez sí fue quien de revelar su competitividad ante el ogro de la categoría. Así, en un partido decidido por un minúsculo detalle, se llevaron los lucenses tres puntos impropios de un equipo de su Liga. Tiene el Lugo la virtud de no disimular sus grandes tardes: cuando se exhibe, lo realiza desde el primer minuto. De este modo se escribió el guion, donde los rojiblancos gozaron de numerosas ocasiones, la mayoría de ellos protagonizadas por un Óscar Díaz omnipresente. Percutió hasta llevarse el premio: gol decisivo sin permitir apenas espacio a la neutralización ilicitana. Un nuevo balón parado, arte donde Diego Tonetto se muestra indispensable. Setién tiene un estilo, pero al que modifica los nombres. Lo demostró la pasada temporada. La entrada del polivalente Víctor Díaz como interior derecho abortó peligrosas opciones de la banda izquierda del Elche con Edu Albácar y Fidel. Asimismo, se desplegó y compenetró estupendamente con el triunvirato inamovible local: Pita, Seoane y Héctor Font. Son ellos quienes mueven los hilos. Para decidir ya está Óscar Díaz, con su personalidad arrolladora, y un Yoel que demostró en la ocasión de Etxeita que se trata de, quizá, el mejor fichaje del club en cuanto a trayectoria precedente/coyuntura actual de su carrera. Mientras, el Lugo expone su convicción al levantarse ante todo obstáculo.