Dos «Garridazos» para romper

Marcos Pichel LUGO / LA VOZ

CDLUGO

16 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El fútbol fue generoso ayer con el marcador que le regaló al Lugo. No estuvo a la altura del juego mostrado, y tampoco de las ocasiones que tuvo su rival, el Celta B. En el derbi, los desajustes y regalos defensivos marcaron la tónica. Para los rojiblancos, el 3-0 supone seguir la estela del Castilla; en los celestes, la derrota, demasiado castigo para sus méritos. El central Garrido rompió el duelo de cabeza.

No se encontró el Lugo con un rival temeroso. El Celta B iba a mostrarse conservador, sí. Pero no se acercaba a los extremos de la mayoría de los adversarios que se han acercado esta temporada por las orillas del Miño.

El principal problema para el Lugo, pero también para su rival, era el estado del césped. Hacía mucho tiempo que no se veía un Ángel Carro en tan malas condiciones. En algunas zonas, muy encharcado por la lluvia, y el balón apenas botaba.

Le costó al Lugo encontrar su sitio. Le incomodaba el filial vigués. Y aunque el cuero era de patrimonio local, en algunas fases del primer tiempo los de Fonsi Valverde no desdeñaron adelantar sus líneas.

Los principales problemas locales aparecían una vez más atrás. La zaga daba una imagen temerosa a la hora de sacar el balón, rifándolo en demasiadas ocasiones, concediendo facilidades. Tantas, que los celestes tuvieron ocasiones para poner en apuros a Diego Rivas y adelantarse, aunque pecaron de ingenuos en la resolución. El meta desbarató un par de claras opciones a pies de Jota. Sobre todo una contra con todo el equipo local en campo visitante y una vaselina que le quedó baja.

Acierto a balón parado

Hasta que apareció Garrido y puso orden con dos cabezazos. Todo lo cambiaron dos jugadas a balón parado. El Lugo había conseguido que el balón rondase hasta entonces por el área de Matías, pero sin obligarle a intervenciones claras. Hasta que Isma sacó una falta desde la banda derecha (donde se conjuraban las mejores jugadas locales). Toque sutil hacia la cabeza del espigado cántabro, que se elevó imperial para colocar, con efecto, el cuero en la escuadra. 1-0.

El mismo protagonista tendría guardado su segundo «Garridazo». Al inicio de la segunda parte, merced a un córner, que el central peinaría hacia el segundo palo, pegando en la cepa del poste para adentrarse en la meta. El portero Matías, que se quedó a media salida, también contribuyó.

El Celta se veía obligado a cambiar su cara. Pero era difícil robarle el balón al Lugo. Aunque, casi a renglón seguido, Jota volvía a encontrarse con un Diego que se empeñó en negarle todo. Trató de colarle el cuero entre las piernas, sin conseguirlo.

Valverde hizo los cambios ofensivos que le permitía su banquillo, pero a los suyos les faltó acierto, que no determinación. El salir a por todas tuvo su contrapartida, que fue dejar mucho espacio hasta su meta. Así, el juvenil Yago, que debutaba, robaba un balón y se plantaba en el área para, generoso, darle a Berodia el 3-0 definitivo.

Goles: 1-0, min 37: Garrido. 2-0, min 56: Garrido. 3-0, min 86: Berodia.

Árbitro: Pablo Nanclares, de Asturias. Mostró tarjeta amarilla al celeste Víctor.

Incidencias: Unos 1.800 espectadores en el Ángel Carro. Minuto de silencio por el aficionado José Antonio Sanfiz

Diego Rivas, Aitor, Manu, Belfortti, Garrido, Pita, Rubén García, Quero, Isma (Yago, min 82), Monti (Luismi, min 61) y Belencoso (Berodia, min 61)

Matías, Víctor Díaz, Joni, Víctor Vázquez, Simón (Éric, min 78), Capo, Marcos Torres (Lede, min 65), Pablo Pillado, Albert, Jota y Jordan (Camochu, min 78)