FÚTBOL / LUGO
07 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Con el sabor amargo de la resaca del partido de anteayer contra el Aurrerá de Vitoria, la plantilla del Lugo realizó en la mañana de ayer un entrenamiento en el que ya estuvo Míchel. El centrocampista ferrolano, que sufrió un golpe en su rodilla en el encuentro del fin de semana pasado contra el Celta B, se ejercitó aparte y a diferente ritmo de sus compañeros, aunque Julio Díaz mantiene la esperanza de recuperarlo a tiempo para participar en el derbi de Pasarón del próximo domingo (17.00 horas). El Pontevedra, que empató en la jornada de entre semana con el Compostela en un derbi soso y pesado, regresó ayer al trabajo con todos sus efectivos en perfectas condiciones. La única duda del técnico Raúl González es la posible inclusión del punta con pasado rojiblanco Melo en la convocatoria. El delantero sufrió una dura lesión en su tobillo que lo tuvo apartado de los terrenos de juego dos meses, pero ayer volvió a jugar. Y lo hizo en un partido amistoso contra el Poio en el que volvió a marcar. Durante el partidillo con el equipo de Regional Preferente el entrenador pontevedrés utilizó a los jugadores que no dispusieron de muchos minutos en el último choque como Diego Castro o Toni. El resto del equipo lo completaron los teóricos reservas y jugadores del filial. Kiko, el «pichichi» El viveirense Kiko marcó uno de los goles del Ourense en la victoria frente a la Ponferradina (3-1) e incrementó así su ventaja al frente de la tabla de goleadores del Grupo I de Segunda B, que encabeza con once tantos.