El regidor socialista anunció una «transición» que concluirá en breves días con la elección de su sucesor
14 ene 2020 . Actualizado a las 18:11 h.El alcalde socialista de Cerceda durante los casi últimos 25 años, y con siete mayorías absolutas a sus espaldas, José García Liñares, ha anunciado en la mañana de este martes que deja el cargo tras confirmarse por parte de la Audiencia Provincial la sentencia que lo inhabilita durante 8 años para ejercer cargo público por prevaricación administrativa.
Fue una rueda de prensa muy emotiva, en la que a Liñares, de 69 años recién cumplidos, le costó por momentos articular palabra. Acompañado por sus compañeros de partido y de gobierno, comentó que se iba para no entorpecer la labor administrativa y operativa del Concello de Cerceda. Dejó claro que se iba «porque así o di unha sentencia firme da Audiencia Provincial, non porque o diga o PP, o seu vocerío, o BNG ou o secretario municipal».
Liñares comentó en el salón de plenos que su renuncia será efectiva en unos días «para arranxar tres ou catro cousas» a la persona que tendrá que coger el bastón de mando. Un nombre que no ha trascendido, pero que apunta al número 2 del ejecutivo local, Juan Manuel Rodríguez, como nuevo mandatario cercedense. Tiene 29 años y es licenciado en sociología.
Liñares pidió disculpas, entre lágrimas, y en hasta dos ocasiones por los errores que pudiera haber cometido en estos 25 años al frente del consistorio, dejando claro que siempre actuó con buena fe y pensando en el interés común de los vecinos de Cerceda: «Non me condenaron por malversación, senón por un erro que eu entendo que é administrativo», pero que finalmente se tramitó como un proceso penal.
Señaló al PP y a su portavoz (al que no citó) José Francisco Santos Regueiro, como el responsable del inicio de este proceso y calificó de victoria «pírrica» la obtenida por el PP, el BNG y el secretario municipal, al argumentar que tuvieron que recurrir a la vía judicial lo que no ganaron en las urnas.
Liñares también señaló en su intervención que una vez que deje el cargo se apartará para siempre de la vida política: «Eu non quixen ser nunca un títere de ninguén e non quero que o que veña detrás o sexa de min». Y añadió: «Sempre estarei aí se o precisan e se me piden axuda, axudarei, pero decidín apartarme para sempre».
También indicó en su intervención que no piensa recurrir el fallo ante el Supremo o el Constitucional: «Teño ese dereito pero non o vou exercer. Acato a sentencia, como non podería ser doutra forma, porque son demócrata, pero non estou dacordo con ela porque un erro administrativo, que eu non propiciei, non pode ser nunca un proceso penal».