Los vecinos de As Encrobas se movilizan para evitar el expolio de sus tierras

La Voz

CERCEDA

Las mujeres fueron protagonistas aquel día
Las mujeres fueron protagonistas aquel día . xOSÉ CASTRO< / span>

El 15 de febrero de 1977 se enfrentaron a 200 guardias civiles que acudieron al lugar para expropiar sus tierras para la mina

16 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace ya 39 años, el nombre de la aldea cercedense de As Encrobas traspasó fronteras para erigirse en sinónimo de la lucha contra la injusticia. El origen de los acontecimientos que recogía La Voz de Galicia en su edición del 16 de febrero de 1977 se remontaba un par de años atrás en el tiempo: a los estertores del franquismo, cuando el propio dictador decretó que los terrenos de la futura mina de carbón podrían ser ocupados aun en el caso de no alcanzarse un acuerdo con los legítimos propietarios. Pero fue aquella fría mañana de invierno cuando el conflicto alcanzó su momento culminante y también un punto de inflexión que, si bien no evitó que los agricultores tuviesen que abandonar sus casas y sus tierras, sí les permitió hacerlo recibiendo una compensación muy superior a la inicialmente planteada.

Centenares de personas -en su gran mayoría mujeres y algunos de ellos, septuagenarios- se enfrentaron a los 200 guardias civiles que armados con sus fusiles tenían orden de hacer efectiva la expropiación.

El lugar fue escenario de momentos de gran tensión, pero los vecinos soportaron las cargas y su oposición a dejarse avasallar y regalar sus tierras acabó por tener recompensa. La repercusión que tuvo aquel suceso, incluso entre la prensa internacional, obligó a un cambio de estrategia y días después de aquella jornada Unión Fenosa realizó una nueva oferta por sus tierras a los agricultores.

De Gontón a Pontoxo, 1997

Veinte años después, el 16 de febrero de 1997, aquellos sucesos tuvieron un nuevo eco en la zona con la inauguración del complejo parroquial de Pontoxo, construido para reemplazar a la iglesia, el cementerio, el centro cívico y la plaza de Gontón, que habían sucumbido bajo el avance de la mina. Esta vez, sin embargo, se trató de una jornada de celebración festiva.