04 jun 2013 . Actualizado a las 07:10 h.
Hay obras que duran años, las hay que tardan lustros y alguna incluso lleva decenios. Es de destacar la celeridad con la que fue construido el tanatorio de Camariñas. Parece un misterio que el velador municipal esté terminado en menos de ocho meses, cuando Aldea Madeira lleva lustros y lustros y está sin terminar. Y todo ello a pesar de las denuncias, demandas y querellas. Tiene mérito.