Escribe Diego Vázquez, del grupo Vázquez y Reino | Ese patrimonio en forma de enseñanza de los valores de siempre ha sido clave para nuestra evolución, y en mi caso ha condicionado esa vocación de servicio y compromiso
11 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Hablar en primera persona con objetividad es siempre complicado, por eso me gustaría hablar desde la experiencia vital de un individuo nacido en el seno de una familia de gran tradición empresarial y que bajo el prisma de su extensa historia y de los sucesivos legados que nos han dejado nuestros antepasados y progenitores, han condicionado de manera definitiva el comportamiento y la forma de actuar de esta generación, la cuarta, a la que mis hermanos y yo pertenecemos.
En un momento, el que estamos viviendo, en el que se debate sobre la pérdida o no de los valores, o de su desfase o necesidad de modelarlos, yo quiero referirme a los valores…. de siempre. Esos que en mi opinión aguantan el paso del tiempo y que son la base de nuestra convivencia y el germen de una sociedad pacífica y humana.
Valores como el esfuerzo, la dedicación, el compromiso, el trabajo en equipo… Son ahora más que nunca una base en la que debemos seguir insistiendo e inculcando a las generaciones futuras al igual que las anteriores hicieron con nosotros.
En nuestro caso particular, en el que Daniel, Ángel y yo mismo heredamos una tradición empresarial de 80 años y en la que representamos su cuarta generación, al margen de recibir una trayectoria y la experiencia de tantos años de trabajo duro y saber hacer, que significa una base fundamental para la continuidad de cualquier compañía. Hemos recibido un legado clave para afrontar nuestras vidas, tanto para el desarrollo como profesionales dentro de nuestra actividad, como fundamentalmente para nuestro desarrollo como personas y que, en definitiva, es el mayor patrimonio que cualquiera puede recibir.
Ese patrimonio en forma de enseñanza en los valores de siempre ha sido clave para nuestra evolución y siento que en mi caso personal ha condicionado esa vocación de servicio y de compromiso que me ha caracterizado y que se extiende desde mi círculo de confianza a todos los foros y entidades a las que pertenezco.
Respeto
Dentro de ese bien tan preciado para mí , la palabra respeto sobresale y está presente cada día en todo lo que hacemos. El respeto a los que te rodean, el respeto a los que trabajan o colaboran contigo, el respeto a los clientes para los que trabajas, y por supuesto el respeto a la palabra dada.
Generaciones
Todos y cada uno de ellos forman parte de ese legado que, primero nuestro abuelo, y después nuestro padre, nos han inculcado, siendo la mejor herencia que nos han podido dejar y por lo que quiero mostrar mi más profundo cariño y agradecimiento, ya que fruto de ella nos hemos podido crecer y aunando con muchísimo esfuerzo e ilusión se ha podido conseguir acrecentar un proyecto empresarial de la que viven tantas familias y que opera en todo el territorio nacional y en varios sectores.
Sirva también este reconocimiento que hago a nuestros precursores, para recordar también a los de tantas y tantas familias que han hecho lo mismo y que por supuesto han sido clave para el desarrollo y el crecimiento de nuestras comarcas y de Galicia.
Compromiso
Por último también me gustaría hablar de compromiso, otra palabra que ha acompañado mi trayectoria a punto de cumplir el medio siglo de vida y que me ha servido como complemento perfecto para aliviar esa necesidad que siempre he tenido de hacer algo más o de ayudar más.
Primero, con el deporte que además de ser un pilar fundamental ha supuesto la incorporación en mi vida de personas muy importantes para mí.
Y, después, en todas las organizaciones en las que he participado hasta la fecha, y en las que siempre he pretendido mejorar con total dedicación, y en las que siempre promuevo una unión fuerte que nos ha permitido conseguir grandes avances para el sector al que represento. Y todo ello gracias al trabajo en equipo de todos los hombres y mujeres que ponen corazón y esfuerzo dedicando su tiempo a la mejora del colectivo.
Termino como comenzaba , refiriéndome a eses valores a los que culpo en gran medida de todo lo que soy y que ahora intentamos inculcar a nuestra hija: los valores de siempre, esos que como bien decía Antoine de Saint-Exupery, «son esenciales e invisibles a los ojos».
dni
Diego Vázquez Reino. Nació en Carballo en 1974, y forma parte de una estirpe familiar (que va por la cuarta generación) dedicada a la construcción y la obra pública. El grupo Vázquez y Reino no ha parado de crecer, con proyectos importantes en su municipio natal, en el conjunto de la provincia y de Galicia, y también fuera de ella. Junto a sus hermanos Daniel y Ángel es consejero solidario en la empresa. Y desde siempre ha tenido una importante actividad asociativa, ya fuese en un club deportivo o en las de organizaciones empresariales.