«De inverno lía de noite e practicaba facendo contas»

La Voz

CARBALLO

11 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

José Barizo pasaba el verano trabajando en los barcos, pero en invierno iba a la escuela. Recuerda que leía hasta la madrugada y los conocimientos se le notan. Quizá por ello o porque fue una versión marítima de un «neno labrego» hizo amistad con Xosé Neira Vilas y con su esposa Anisia Miranda, a los que alojó en su casa y llevó a las Sisargas.

Ha sido siempre un buen lector y presume de que tiene Sempre en Galiza en la cabecera de su cama, pero sus conocimientos más vastos son sobre el mar.

Explica que ahora los cerqueros llevan todo tipo de aparatos para encontrar el pescado «mesmo un sonar de 77.000 euros», pero cuando el empezó como patrón, en 1960 en el Alerta, no había nada de eso. «Buscábamos o ardor, diciamos que o mar ardía. Eran as mandas de sardiña o xarabal tamén lle chamabamos». Lo que les llamaba la atención, que eran capaces de ver o una o dos millas eran los reflejos de las barrigas blancas de los peces. Exigía, por supuesto, tener muy buena vista. Él la tuvo. A los 60 se jubiló y luego estuvo diez años de asesor con sus hijos.

Al mar

Los dos van al mar y no está descontento, a pesar de que «un ten unha carreira, pero non había traballo en terra», explica. Es muy parecido a lo que le pasó a él. Cuando era niño todo el mundo en Malpica se dedicaba al mar. «Había tres albaneis, dos carpinteiros e un taberneiro», dice. «Chegamos a ser 1.200 persoas traballando na pesca. E cando botamos o Castelao, o 6 de maio de 1983, eramos 44 tarrafas».

Todo estaba mucho más poblado recuerda. «No noso rueiro eramos un cento e agora hai catro persoas». La cuestión es que «agora a xente no quere ir ao mar, prefiren estar diante dunha máquina de escribir aínda que ganan menos».