Para conocer bien el Camiño Xacobeo de Santiago a Muxía por Brandomil, además de hacerlo, una buena guía es la editada por la Fundación y la Diputación, que incluye credencial para ir sellando etapas. O mejor el libro de Alvarellos, escrito por el muxián Manuel Vilar, historiador y antropólogo, director del Museo do Pobo Galego, en cuya sala principal se presentó el documental. Vilar destacó el valor del nombre, su toponimia e historia, y el orgullo de mantener un pasado con mucho peso. Fue uno de los intervinientes, lo mismo que Xosé Regueira, vicepresidente de la Diputación. Subrayó la importancia de las rutas para conocer, para investigar, para indagar en las raíces, también europeas, para valorar lo propio.
Manuel Rial, responsable del documental, recordó un trabajo anterior sobre la fuerte huella romana en la parroquia zasense, y relató las vivencias en la elaboración del nuevo, en plena pandemia, con todas las dificultades que eso implica. Una peregrina, Paula Vázquez (que no pudo asistir por razones laborales) va recorriendo esta vía y hablando con personas que desmenuzan su importancia desde múltiples puntos de vista.
El presidente de la fundación, José Pérez Santos, abogado natural de Brandomil que de muy joven se marchó a Madrid, resaltó la fuerza del Camiño, que «tiene su propio lugar en la historia, no es un advenedizo. Tiene título propio», y por muchas razones. Es, dijo, un amplio proyecto cultural, de lo material e inmaterial, y también «de justicia social».
Hay base histórica suficiente, añadió el presidente, pero también legal, con las publicaciones de la Xunta en el DOG. Y hay autores de prestigio, como López Ferreiro, que ya hace casi un siglo indagaban en él y reconocían su matiz xacobeo desde sus orígenes, conviviendo con otras rutas, la romana. Y «no compite, convive con los otros». Complementario, que dijo Regueira.