El asno gallego tiene nuevo empleo

M. C. REDACCIÓN / LA VOZ

CARBALLO

Santi M. Amil

La asociación Andrea recupera la especie para terapia, actividades de ocio hacer jabón y limpieza forestal

04 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Son listos, dóciles, fuertes, capaces de mantenerse en pie en terrenos bien escarpados. Los asnos -los burros fariñeiros son una especie autóctona de Galicia- fueron durante años grandes trabajadores del campo, pero la mecanización de las tareas agrícolas los dejó sin empleo. Ahora la Asociación Andrea, con sede en Allariz, les ha dado nuevas salidas profesionales. No solo como un recurso terapéutico en programas de psicoestimulación e integración sensorial asistidos con burros, también como acompañantes de personas que viven solas en múltiples aldeas del rural, como agentes forestales encargados de controlar la maleza para prevenir incendios o como productores de materia prima para producir jabón.

«La iniciativa surge ya en el 2005 cuando un grupo de profesionales relacionados con la salud mental que habíamos comprobado el éxito que tenían las terapias asistidas con animales en otros países dimos un paso para ponerlas en práctica en Galicia», explica Elsa Pérez, secretaria de la asociación y una de las fundadoras del colectivo. Lo que este grupo de terapeutas comprobó es que era en el medio rural donde más falta hacía su labor y, además, podían ayudar a recuperar un animal que, como dice, había quedado abandonado al haber perdido su función en el campo. «Lo que comprobamos es que podíamos aunar recursos. Podíamos echar una mano en la recuperación del burro dándoles esa nueva función, ayudando también a las personas que vivían solas en el campo o a aquellos colectivos que requerían una ayuda terapéutica», explica.

Con el paso de los años, los burros fueron adquiriendo nuevas tareas. En Andrea organizan actividades de ocio como las rutas acompañadas de estos animales: «No usamos los burros para cabalgarlos. Lo que hacen es acompañar a los senderistas llevándoles la mochila o únicamente caminando a su lado», cuentan desde el colectivo.

Hacer jabón

La asociación ha impartido también algunos cursos para explicar cómo elaborar jabón, dadas las probadas cualidades de la leche de burra en el campo de la cosmética. Incluso han sacado varias líneas de jabones que puede adquirirse a través de su web o en tiendas especializadas de Allariz u otras ciudades de Galicia.

«El pastoreo controlado es otra de las funciones que pueden desarrollar estos animales», apunta Elsa. Aunque su labor es ayudar a los burros, lo que no pretenden en Andrea es convertirse en un santuario que los acoja.

Pero les buscan nuevos hogares en los que desarrollar una función que nada tiene que ver con el duro trabajo en el campo que tuvieron que asumir en otro tiempo como animales de carga: «Hay mucha gente mayor que no puede atenderlos. Lo que hacemos es buscarles un nuevo hogar a través de nuestro programa de adopción. Cuando empezamos en el 2005 no encontrábamos casas, pero ahora hay lista de espera para adoptar», cuentan.

La idea es que el burro sea un animal de compañía en su nueva casa. ¿A dónde se van? A distintos puntos de Galicia, Madrid, Valencia, País Vasco. Van buscando una vida mejor. Sus nuevos empleos: dar cariño... y compañía.

El jabón es una de las salidas que han buscado para dar valor a la leche

de burra