Orgullo ciudadano

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

CARBALLO

08 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta semana, con la vorágine de las fiestas de Boiro y aguardando una resaca mayor a la obtenida, tenía pensado tomarme el día libre. Pero anoche estuve viendo la marcha del orgullo y he de decirles que quedé hondamente impactado con el terrible drama al que se vieron sometidos la pobre gente de Ciudadanos. Parece mentira que, solo por haber pactado con un partido que pretende (entre otras medidas inofensivas) reeducar a los niños LGTBI o quitar derechos conseguidos durante muchos años de humillaciones y esfuerzos, la grandísima mayoría de la comunidad les haya invitado con mayor o menor vehemencia a abandonar la manifestación.

La pobre Inés Arrimadas (a la que cada vez repudian en más sitios, con lo maja que es) no daba crédito y la verdad es que la entiendo perfectamente, ¡ni que fueran provocando a la gente!

El lobby gay fascista les boicotea, porque dicho lobby dice que han pactado con fascistas cuando los verdaderos fascistas son ellos, y eso que ella nunca ha sido de poner etiquetas; ni a los populistas, ni a los batasunos, ni a los independentistas ni a nadie.

Con Rivera en modo Jorge Javier e Inés en el papel de la Esteban, este pintoresco grupo de liberales están llevando la política a la línea más extrema del reality: el Sálvame ciudadano. Primero fueron los lazos amarillos, después los paseos y mítines por pueblos vascos donde no quitan un voto. Bajo esas pieles de corderos se esconde un partido dispuesto a enfangarse en los lodazales y que, visto el bajonazo en las últimas encuestas, todavía estará dispuesto a más. ¡Vamos, Ciudadanos!