Pasión heredada por la música vocal

Marta valiña CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

20 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Cuando era niña, con apenas cuatro o cinco años, Belén Rey, la vocalista de los grupos carballeses The Cerne y Os Trastes de Cances, se encerraba en el salón de su casa y montaba auténticos espectáculos. Cantaba, bailaba e incluso componía sus propios temas, pero en cuanto alguien abría la puerta, la pequeña Belén se paraba en seco, se ruborizaba hasta las orejas y le daba tanta vergüenza que se negaba a continuar. «Afortunadamente xa perdín o medo escénico», dice la joven entre risas. Los nervios, sin embargo, no se han ido del todo y confiesa que la semana anterior a la Gala Americana, celebrada el pasado mes de abril en el teatro Colón de A Coruña y en la que The Cerne logró poner en pie al público, apenas pudo dormir. «Cantar cunha orquestra [la de Melide] impón moito», explica.

Sin embargo, una vez sobre el escenario se fue el miedo y Belén logró entusiasmar a todos aquellos que abarrotaban el teatro coruñés. Días después ella y The Cerne repitieron el rotundo éxito en el Pazo da Cultura. «Es que son muy buenos», confirma su madre, Avelina Sánchez.

Lo dice con orgullo de madre, pero también con conocimiento de causa, porque ella, igual que Belén, sabe muy bien lo que implica enfrentarse al público. Lo hizo durante más de una década como solista de la Coral Polifónica de Bergantiños, una agrupación que, asegura, echa mucho de menos. «Requería mucho tiempo y el trabajo también, así que tuve que elegir», dice. Antes de llegar a Carballo, además, Avelina ya sabía lo que era subirse a un escenario. Igual que Belén, ella canta desde muy niña y en su juventud, en León, se unió al coro del padre Severino Ibáñez, Juslema. «Cantábamos en iglesias, pero no las canciones típicas, sino otras muchas más modernas para aquellos tiempos», cuenta. Juslema se convirtió más tarde en un grupo folk, en el que Avelina continuó hasta que, al casarse, se mudó a Carballo. «Pero la música siempre estuvo muy presente en casa, donde tocamos el piano, la bandurria, la guitarra, la viola...», enumera. «Os instrumentos son cousa da miña irmá Iria, eu só canto e bailo», añade Belén, que, como su madre, también formó parte del coro del colegio. «E grabamos un disco de cancións infantís», asegura con una sonrisa, lo que demuestra que le gustan todos los géneros. «Mira se me gusta todo que a primeira canción que recordo ter cantado é a de Pena, penita, pena, que me ensinaba a miña avoa en Extremadura», añade riéndose.

«Mi madre también era muy artista, pero el que de verdad cantaba, y muy bien los fandangos, era mi padre», cuenta Avelina, lo que demuestra que la música siempre estuvo muy presente en la familia Sánchez. «Cando nos levaba ao cole íamos no coche todo o rato cantando, e cantabamos de todo, incluso os temas de Juslema», confirma Belén, quien asegura que le encanta cantar con su madre. «Nas reunións familiares sempre acabamos cantando», asegura con un brillo especial en los ojos que confirma que lo que realmente le gusta es la música. «Son enfermeira, pero o meu é o espectaculo», explica. Por eso no le importa perder horas de sueño para enlazar guardias en los centros médicos de Bergantiños con actuaciones por toda la comarca. «No verán non parei, pero estou encantada», dice. Ahora, por fortuna, también tiene la agenda muy apretada. Las actuaciones con The Cerne y Os Trastes de Cances ocupan todos sus fines de semana y en unos días comenzarán los ensayos para, en unos meses, volver a cantar con la orquesta de Melide. «Temos que ensaiar un novo repertorio e case non temos tempo, pero será fantástico», asegura con entusiasmo. Seguro que, una vez más, logran el aplauso unánime del público.

El palo es Avelina Sánchez González. La astilla, su hija, Belén Rey Sánchez.

Avelina nació en 1957 en la localidad extremeña de Orellana la Vieja, se crio en León y, tras casarse con un carballés, se mudó a la capital de Bergantiños a finales de los años setenta y allí nació Belén hace 26 años.

Avelina es empresaria, Belén enfermera, pero a ambas les une (entre otras cosas) la pasión por la música. La madre cantó de joven, en León, en un grupo folk llamado Juslema y ya en Carballo formó parte de la Coral Polifónica de Bergantiños. Belén es la vocalista de The Cerne desde hace tres años y hace unos meses se unió también a Os Trastes de Cances.