Sonia Salvante, la escritora que hace novelas de amor con sabor ribeirense

Carlos Portolés
Carlos Portolés RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

La autora triunfa con sus cinco libros autoeditados de temática erótico-amorosa

22 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Para algunas personas, escribir es una actividad tan natural como respirar. Una pulsión que se manifiesta sola, sin necesidad siquiera de intencionalidad. Sonia Salvante es una de esas personas. Se define como «de Ribeira de toda la vida», aunque realmente nació en Carreira. Antes de dar el salto profesional a la escritura, probó muchos otros oficios, casi siempre de cara al público. Pero nunca dejó de tener presente su sueño. Juntar palabras para que otros las leyeran. «Escribo de toda la vida, desde pequeñita. Me encantaba hacer las redacciones del colegio», cuenta.

Durante muchos años siguió cultivando la literatura. Pero la privada, porque solo le enseñaba sus manuscritos a familia y amigos. Sin embargo, fue el apoyo de su entorno lo que hizo que tomara la decisión de sacar su primer libro, sin ninguna expectativa ni presión. Ahora, acaba de sacar el quinto. «Mi marido siempre me decía que si no quería publicar, que por qué no lo intentaba. Pero yo veía el mundo de las editoriales como algo muy lejano. Hasta que descubrí las autoediciones, y decidí intentarlo de esta forma», narra.

El cariño de los lectores

Le sorprendió la inmejorable acogida que tuvieron sus obras «para no ser nadie, la gente se volcó conmigo. Tanto en persona como en redes», señala. Aunque todo este reconocimiento también le ha llevado a algún sonrojo. La humildad del artista. Y es que no se termina de creer que por fin esté teniendo la oportunidad de hacer realidad sus mayores anhelos.

La práctica hace al maestro. En cada una de sus novelas, Sonia trata de reinventarse, depurando su estilo y haciéndolo evolucionar. Asegura estar en continuo aprendizaje. Para ello, dice, lo mejor que puede hacer un autor es leer obras buenas. De las que aportan. Confiesa debilidad por la literatura romántica de la década de 1980. Le atrae de esa época el tono meloso y preciosista, eso que a otros les podría parecer anticuado. «Todos estos años, además de escribir, he estado continuamente estudiando el lenguaje y leyendo cosas que enseñen. Cuando no estoy inspirada cierro la tapa del ordenador y me pongo a leer», ese es su consejo para otros escritores que se enfrentan al bloqueo creativo.

Aunque, como toda buena escritora, tiene ganas de más, apunta que su sueño lo da por cumplido. No le importan demasiado las críticas negativas. Prefiere centrarse en las positivas, que hasta ahora han sido la mayoría. El afecto de sus lectores la ha llevado en volandas en el proceso de nacimiento de sus creaciones: «La gente desagradable no suele dar la cara, utiliza el anonimato de las redes. Los que me buscan son normalmente los que quedaron satisfechos con mis historias».

Leer es divertido

Ha tratado de inculcar el sano hábito de leer en sus tres hijos (aunque no siempre con éxito). Porque, opina, muchos colegios abordan la cuestión de la lectura de forma incorrecta. Presentando esta actividad más como una obligación que como un entretenimiento. Cree que es algo que «hay que enseñar desde que son pequeños, pero sin hacerles leer libros que no les van a interesar solo porque sean importantes». Al menos, así se lo ha demostrado su experiencia, pues una de sus hijas cogió afición tardía pero, una vez empezó, ya no paró. «Si la dejo, se lee casi un libro al día. La clave fue que encontrara su género», perfila.

Con sus cinco libros ha creado un pequeño universo. Son dos bilogías y un título independiente (Encuentro de almas, que es el último que publicó) de temática erótico-amorosa. «Tienen algunas escenas que, la verdad, no me gustaría que leyera mi madre», bromea.

Ha recorrido un largo camino aquella niña de 11 años que leía autoras inglesas y soñaba con emularlas. Ahora, cumplido el objetivo, solo queda crecer y creer. Dos palabras que no solo se parecen, sino que además se complementan. No descarta nada en el futuro. Se lo toma con calma, pues los nervios y las prisas con enemigos de la narración. Mientras tenga ganas y gente que la lea, Sonia Salvante seguirá ofreciendo al mundo sus historias bien contadas.