En Barbanza hay dos exponentes de la okupación, ambos con características comunes: bloques de viviendas que sucumbieron a la crisis del ladrillo y pasaron a ser propiedad de fondos buitres, como es el caso del situado en Boiro, o del llamado banco malo, la Sareb, en Ribeira, pero es este último el que concentra el mayor volumen de conflictividad.
El inmueble ribeirense se encuentra en el barrio de Abesadas, al lado de otros bloques de pisos en los que residen familias que viven atemorizadas por el trasiego de drogadictos, ya que algunos okupas trapichean y permiten el consumo en el interior, o por las peleas que de forma recurrente tienen lugar en la calle.
El Concello de Ribeira contactó en diversas ocasiones con la Sareb, tratando de buscar una solución, pero esta no llega nunca, o, por lo menos, con la rapidez que exigen los vecinos. Por este motivo, el alcalde, Manuel Ruiz Rivas, anunció esta semana en el pleno ordinario de la corporación que está en tratos con la empresa para sondear la posibilidad de que sea el Ayuntamiento el que compre el bloque para dedicarlo, una vez acondicionado, a viviendas para jóvenes.
Las gestiones se han intensificado a raíz del último brote violento, a consecuencia del cual resultó gravemente herido uno de los ocupantes, que sufrió un golpe grave en la cabeza que le provocó la rotura del cráneo.