La carpintería naval en madera agoniza por la falta de una normativa actualizada

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

cedida

La entidad Agalcari vuelve a la carga para que el Ministerio de Fomento valide el reglamento que elaboró en el 2011

11 oct 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Una veintena de astilleros integran la Asociación Galega de Carpintería de Ribeira (Agalcari) y muchos son los obstáculos que deben sortear para mantener viva la construcción naval en madera. Para empezar, la falta de una normativa actualizada, lo que constituye un freno para el desarrollo de su actividad. Los empresarios señalan que las últimas directivas estatales y comunitarias sobre construcción de embarcaciones, tanto las destinadas a trabajo como a recreo, se han enfocado pensando en otro tipo de materiales, lo que ha provocado una notable disminución en la realización de barcos en madera.

Sin embargo, sí existe un reglamento específico para la carpintería de ribera que, precisamente, fue elaborado por Agalcari con el respaldo de la Consellería do Mar. El documento, que recoge los avances experimentados por el sector en el último medio siglo, está listo desde el año 2011, pero no se aplica porque todavía no está validado. Precisamente, conseguir el aval del Ministerio de Fomento es lo que llevó el pasado lunes a Madrid al presidente de Agalcari, Ramón Collazo, quien se entrevistó con el director general de la Marina Mercante, Rafael Rodríguez Valero.

Al rianxeiro Collazo le acompañaron el boirense Gerardo Triñanes; el ingeniero naval de referencia de Agalcari, Clemente Lage, y el integrante de Culturmar Pablo Carrera.

Marca de calidad

El hecho de que el reglamento no esté validado tiene una incidencia directa en que tampoco se haya conseguido hasta ahora la marca de calidad para la carpintería de ribera, un objetivo que figuraba en el plan estratégico del sector financiado por Mar. Como la normativa no está ratificada, no puede mandarse al registro de patentes y, por lo tanto, no hay sello.

Durante la reunión con el director general, los miembros de Agalcari incidieron en las ventajas ecológicas y medioambientales de los barcos de madera, al tiempo que subrayaron lo que consideran un agravio comparativo: los barcos de madera, con independencia de su fecha de construcción, deben efectuar un paro anual, mientras que para el resto de embarcaciones la varada es cada 36 meses.

Comisión de trabajo

Los empresarios aseguran que las trabas administrativas y técnicas «fan practicamente inviable a construción de barcos en madeira, pese a estar considerados polos mariñeiros como excelentes en canto a estabilidade, seguridade e navegabilidade».

Del encuentro de Madrid, para el que Agalcari contó con el respaldo de la conselleira do Mar, Rosa Quintana, la delegación gallega se trajo la propuesta del director general de Marina Mercante de constituir una comisión de trabajo.

El grupo estará integrado por personal técnico y jurídico del Ministerio de Fomento y Agalcari. Las primeras reuniones, para las que todavía no hay fecha, tendrán lugar en la Capitanía Marítima de Vilagarcía, ya que constituye una referencia a nivel español en cuanto al número de embarcaciones de madera.