Vecinos de Taragoña niegan un «arboricidio» y defienden la actuación en el entorno de la iglesia

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

REGENJO

Aseguran que uno de los árboles cortado estaba afectando al muro del atrio

04 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La polémica está servida en la parroquia rianxeira de Taragoña, muy a pesar de los vecinos. Sin embargo, la tala de unos árboles en el entorno de la iglesia ha generado división. Algunos hablan de un «arboricidio» del que se hizo eco la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego, pero también hay quienes rechazan esa acusación y salen en defensa de la actuación emprendida por el párroco.

Para empezar, aseguran que los dos plataneros de grandes dimensiones que se talaron no son, ni mucho menos, centenarios: «Terán 40 ou 50 anos como moito». Y añaden que ambos ejemplares estaban afectados por alguna enfermedad o algún tipo de hongo, ya que los troncos estaban ahuecados, como se aprecia en los tocones y restos de madera que quedaron esparcidos en la zona. Además, uno de los árboles estaba muy pegado al muro del atrio y sus raíces estaban afectando a la estructura, que presenta grietas.

Otro aspecto que puntualizan es que no se cortó ningún olivo, sino que se arrancó para plantarlo en la huerta de la casa rectoral, situada al lado del templo parroquial, y que tampoco se trata de un ejemplar centenario.

Tratamiento injusto

Las personas que salieron al paso de la polémica generada por la tala de los árboles insisten en que no pretenden echar leña al fuego, pero les parece injusto que se critique el trabajo que se está haciendo para recuperar la iglesia y todo su entorno después de años en los que reinó cierto abandono debido a la avanza edad del anterior cura: «Isto causa malestar porque o único que se está facendo é adecentar un pouco todo isto».

Desde hace semanas, en el entorno de la iglesia se realizan una serie de trabajos que comenzaron con la renovación de la cubierta del templo, que filtraba el agua al interior, dañando una bóveda que se restauró hace unos años. También se remozó la torre del campanario y se arreglaron las campanas.

El siguiente paso fue acondicionar el atrio y la rectoral, cuya huerta estaba llena de maleza. Aunque llevaba mucho tiempo vacía, en el interior del inmueble aún se conservan cientos de libros y registros que ahora se están poniendo en orden: «Se non fora por don Francisco, o anterior párroco, non teriamos a reitoral, que a rehabilitou el, e don Rogelio está arranxándoa».