Especialistas de la Guardia Civil investigan el origen del incendio que arrasó Rianxo

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

El último recuento de Medio Rural cifra en más de mil hectáreas la superficie quemada desde el lunes

29 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Por fin, ayer a mediodía se dio por extinguido el incendio que se inició a última hora de la tarde del lunes en Dodro y que se extendió a Rianxo arrasando cientos de hectáreas. Superados los momentos de angustia en los que la prioridad absoluta era proteger las viviendas y tratar de controlar un fuego desbocado, la atención se centra, primero, en las consecuencias y, en segundo lugar, en buscar una explicación al desastre. Prácticamente desde el primer momento se apuntó a una chispa de una torreta de alta tensión situada en Bexo como la causante de las llamas, y esa línea de investigación sigue un grupo especializado de la Guardia Civil llegado desde A Coruña.

Este equipo se ha sumado al Seprona de Noia, que el miércoles ya estuvo en la zona cero del incendio, para tratar de determinar las causas del fuego forestal más importante de los últimos años en el municipio rianxeiro. Por lo pronto, las fuentes consultadas señalan que las diligencias continúan abiertas y no se descarta ninguna posibilidad.

En cuanto a la Administración, por parte de Medio Rural indicaron que los primeros indicios apuntan a la hipótesis de una chispa que saltó de la torreta de alta tensión, pero que la investigación no se ha completado. Además, en el último recuento, cifran en 1.162 las hectáreas quemadas.

Por su parte, el alcalde de Rianxo, Adolfo Muíños, explicaba que no conoce los detalles, pero apuntó que, sea lo que sea lo que ocurrió en este caso, no puede perderse de vista que «o índice de intencionalidade nos incendios é elevadísimo e sobre iso hai que actuar».

Muíños habló también de la angustia y el miedo que vivieron los vecinos, una sensación, la del peligro inminente, que ha dejado paso a la indignación.

Indignación e impotencia

Ese era el sentimiento predominante en la junta de la comunidad de montes de Asados, que vio como todo el trabajo realizado en el monte da Pena era engullido por las llamas. La impotencia era patente, y su enfado también: «Aquí fallou todo».

La queja principal, que también manifestaron los vecinos de Burés, donde las llamas se reavivaron y amenazaron seriamente varias casas, es la tardanza de los medios aéreos: «Os helicópteros non chegaron ata as 10.30, e os avións aínda tardaron máis, a que esperaban? Desde as oito da tarde do día anterior non houbo tempo de planificar unha saída dos medios aéreos? Agora presumirán dos medios despregados, pero non os había, o lume arrasou Rianxo».