Un boirense tras los pasos de los grandes genios del piano

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

cedida

Álvaro Sieira recorre España interpretando obras de músicos de la talla de Chopin, Brahms y Bartók

29 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Son muchos los niños que en algún momento de su vida entran en contacto con la música, bien a través de escuelas y conservatorios o experimentando en bandas de estilos diversos. Pero de ahí a convertir esta disciplina artística en un proyecto vital media un abismo. Álvaro Sieira Ferreira (Boiro, 1993) lo hizo. Llegó un momento en el que decidió apostarlo todo al piano y de momento va ganando la partida. Recorre escenarios de toda España despertando emociones con sus virtuosas manos, que se mueven para poner ritmo a las partituras de los compositores clásicos más grandes.

Tenía unos 7 años cuando asistió a sus primeras clases, en la escuela de música de Boiro. Sus padres le dieron el empujón: «A eles gustáballes e non tardaron en comprarme un piano para que puidera practicar na casa». Pese a seguir la evolución lógica, saltando al conservatorio de Ribeira para dar continuidad a su formación de la mano de Enrique Paisal, llegó un momento en el que Álvaro Sieira decidió arrinconar las partituras: «Xogaba ao fútbol na zona de Santiago e quería ir alí á universidade. Como tiña boas notas e se me daban ben as ciencias, apostei por Matemáticas».

Fue viendo pasar las horas entre números y fórmulas, cuando el boirense descubrió que había tomado el camino equivocado y que su verdadera vocación era otra. Dejó la carrera a la mitad y apostó por cumplir su sueño. No solo se matriculó en el Conservatorio Superior de Música de A Coruña, sino que buscó un profesor particular que acabó siendo su mentor: Martín Millán. «Fun á súa tenda e díxenlle que me quería dedicar á música. Escoitoume tocar e apostou por min, tanto que hoxe segue a ser o meu mestre», explica. Porque en la música, según dice, no se acaba de estudiar nunca.

Formación constante

Tanto es así que a día de hoy, con el título del grado superior debajo del brazo, Álvaro Sieira dedica unas ocho horas al día al estudio y el análisis: «O piano non só require unha vertente técnica, de manexo das teclas, senón que ten outra parte importante de interpretación das partituras. De aí xorde o toque persoal e diferenciado. Da interpretación que o músico faga das pezas dependerá que o público se emocione ou non nun concerto, que se creen eses intres especiais que dá mágoa romper».

Él ha tenido ya ese privilegio, cumpliendo la aspiración de convertir los escenarios en su lugar de trabajo. El último que pisó fue el del Museo del Romanticismo de Madrid, entre cuyas paredes brotaron de sus manos obras de Chopin, Brahms, Albéniz, Bartók y otros grandes clásicos. Reconoce que abrirse camino en este mundo no es fácil: «Como en todo, hai que persistir e só así se van abrindo portas».

Por la singularidad del escenario y el estreno de un repertorio que lleva más de dos años preparando, ese concierto en Madrid fue el más especial de todos los ofrecidos hasta la fecha, aunque el boirense está convencido de que lo mejor está por llegar. Su meta no es otra que seguir haciendo lo que le gusta: «Aspiro a poder vivir da música, como agora, pero con máis comodidade».

Hace un mes se estrenó como profesor en el conservatorio coruñés, cubriendo una baja, y no le importaría compatibilizar los conciertos, que constituyen su objetivo número uno, con la docencia: «Martín Millán fixo moito por min, axudándome a pensar e a entender, un esforzo que agora sinto que teño que devolver. Este é un oficio que se transmite de mestres a alumnos e eu teño que traspasar os meus coñecementos e a miña experiencia».

Mirando al futuro

Cuando echa la vista atrás, Álvaro Sieira se muestra satisfecho de haber apostado por la música: «Nunca me arrepentín da decisión tomada, aínda que os meus amigos me din que coas horas que lle dedico ao día xa podía ter un doutorado ou dous». Atribuye el logro de haberse convertido en pianista a su trabajo y afán de superación constante, pero aspira a más: «Soño con pisar un escenario acompañado dunha orquestra, como solista».

Aunque lo considera una opción interesante de cara al futuro, de momento descarta la composición y prefiere seguir enfocado en la interpretación de los grandes genios de la música. Sí ve más próxima la opción de grabar un disco: «Entra nos meus plans, pero o sentido crítico vai por diante do traballo e sempre penso que teño que mellorar».