Los arqueólogos buscan en Neixón las primeras viviendas del castro Grande

Paula Riveiro / A.G. BOIRO / LA VOZ

BOIRO

MARCOS CREO

Una veintena de estudiantes trabajan en el perímetro de la muralla defensiva, sepultada bajo toneladas de tierra

19 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Grupos de arqueólogos excavan cada verano en el yacimiento de Neixón, formado por dos poblados contiguos, en busca de respuestas sobre las sociedades que allí estuvieron asentadas. Cada año, las catas sacan a la luz nuevas pistas que ayudan a identificar en qué época estuvo habitado y a qué se dedicaban sus ocupantes. Esta vez, una veintena de estudiantes de arqueología y restauración trabajan en la zona norte del castro Grande, donde se descubrió una muralla defensiva y se sospecha que pueden aparecer algunas viviendas circulares. La zona tiene un gran potencial arqueológico, ya que se espera que las estructuras estén bien definidas gracias al efecto conservador de la tierra. Por ese motivo, la cata, que tiene una extensión de 15 por 20 metros de superficie, es la más grande hecha hasta ahora en el lugar.

En el 2007, los especialistas pensaron que se había llegado al suelo natural y la zona se consideró como estéril. Las sospechas de que el suelo arqueológico continuaba llevaron a profundizar más y aparecieron dos muros, uno anterior y otro posterior, que configuran la estructura interna de una muralla de contención. «Hai dous porque a presión da terra destruíu o primeiro e posiblemente cortaran ese derrube para construír o segundo», comenta el arqueólogo Carlos Rellán. Debido al hallazgo, este año decidieron centrar las excavaciones solo en esta parte del castro para identificar si la estructura continúa por el perímetro del mismo y cual fue el proceso que la dotó de la estabilidad que hizo que se conservara, por lo menos, dos mil años.

«Hai dous porque a presión da terra destruíu o primeiro e posiblemente cortaran ese derrube para construír o segundo

La muralla de contención es mucho más compleja de lo que se consideraba en un principio, «podemos dicir que ten unha certa monumentalidade». La estructura pétrea interna requiere una gran inversión técnica y de tiempo, lo que indica que se corresponde a una sociedad bastante avanzada. Los trabajos en esta área también permiten dotar de una cronología al yacimiento. Las primeras investigaciones situaban Neixón entre los siglos V o IV a.?C., pero los restos que se han encontrado son romanos, lo que indica que pertenece al cambio de era, de entre mediados del siglo I a.?C. y la mitad del I d.?C.

Aunque las intervenciones en el castro Grande no han terminado todavía, por el momento se han documentado restos de metales y escoria de fundición, lo que indica que el grupo allí desplegado puede estar trabajando para desterrar una posible área metalúrgica, con un horno, donde se desempeñaran tareas de transformación del metal. «É normal atopar estruturas deste tipo próximas ás murallas ou por fóra delas, xa que eran actividades perigosas que tendían a separar da zona habitable».

Gran potencial

Los arqueólogos aún no saben que se van a encontrar en Neixón. «A ausencia de vivendas indicaríanos que estamos ante un poboado que tiña unha especialización dos espazos», afirma el arqueólogo. Asimismo, parece que el derrumbe de terreno que llevó a los habitantes a construir la muralla de contención continuó hasta sepultar el poblado por completo, una vez que este fue abandonado.

«A ausencia de vivendas indicaríanos que estamos ante un poboado que tiña unha especialización dos espazos

Todo indica que, gracias al proceso de conservación que ejercen estas toneladas de tierra, se puedan encontrar casas circulares, restos de un área industrial o también espacios rituales.