«Hoy, 7 de septiembre, es mi tercer aniversario de bodas y en esta casa aún seguimos escuchando a Elvis»
07 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy, 7 de septiembre, es mi tercer aniversario de bodas y en esta casa aún seguimos escuchando a Elvis. Siempre pensé que Elvis solo duraba el primer año, como mucho hasta el segundo, sin embargo Always on my mind es una canción que puede sonar mientras cocinamos o mientras digerimos, que son los estados más habituales aquí.
Había pensado en hacer un artículo dulzón, hiperglucémico, con la cursilería de las pelis de Meg Ryan, pero hace tiempo que yo quiero a mi mujer como mi mujer, no como mi novia. Y uno tiene que superar el complejo de Peter Pan conyugal. El amor matrimonial tiene más proteínas que azúcares, y es que hace falta músculo para sostener el encanto anti-romántico de planear los domingos por la tarde cómo vencer a los ejércitos del lunes.
Quererse es luchar juntos, espalda contra espalda, como dos mosqueteros rodeados por los hombres del cardenal. Ella me salva la vida, yo voy al súper. Somos compañeros de trinchera, cada vez que recibimos un balazo, subimos el volumen de Elvis. Citas médicas, balnearios, decepciones y bailes ridículos frente al Combo Dominicano. El tiempo es un perro que moja los días de verano en un vaso de leche y se los traga.
Caminamos en dirección contraria a este mundo, si hace falta matamos el hambre con nubes de algodón de la feria de hace veinte años. Te alisas el pelo, yo me dejo barba. Sea como sea, elijo que me duela contigo. A veces ronco y, si tú quieres, bajo al infierno a forjar una llave que lo abra absolutamente todo, luego vuelvo y aparco en doble fila, estoy intentando que me quieras para siempre.