Burbuja

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo ENCRUCIJADA

BARBANZA

14 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En pocos días llegarán las tan ansiadas vacaciones de verano a los centros educativos, unas instalaciones que han sabido blindarse ante el virus y que permitieron que, dentro de esta extraña normalidad en la que llevamos 15 meses dando bandazos, todo discurriese de la mejor forma posible. Es cierto que hubo muchos positivos vinculados a colegios, pero también es verdad que alrededor del 99 % de los afectados eran niños o docentes que se habían contagiado en sus círculos personales y familiares y casi nunca en la escuela.

Los más pequeños han sido los primeros en dar una gran lección: han asimilado que todo ha cambiado, que hay que adaptarse y que no podemos seguir lamentándonos pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor. Si se tiene que llevar mascarilla todo el día, pues se hace sin rechistar y sin estar bajándola cada dos por tres; si solo pueden jugar en el recreo con los compañeros del grupo burbuja de su clase, pues así se crea una mayor identidad de equipo; si tienen que desinfectar las manos y el pupitre todos los días, pues es una buena de enseñarles a protegerse.

La pandemia les has arrebatado muchos momentos de felicidad, de abrazos y besos que han tenido que dejar de dar, de ver a sus abuelos y otros familiares por miedo a que pudieran contagiarlos, o de no poder jugar con sus primos y amigos porque no son convivientes. En esta última nueva normalidad que parece que estrenaremos con el verano se abre una oportunidad a recuperar parte de esos momentos, esperemos que esta vez sea la definitiva. Es mejor aprobar ahora y no tener que repetir en septiembre.