Una jueza absuelve a un hombre que mostró sus genitales porque la denunciante lo vio al girarse

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

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Sanidade informa que, en los últimos 14 días, no se superaron los nueve positivos por covid en Muros CARMELA QUEIJEIRO

La mujer recurrirá la sentencia al considerar que se sintió coaccionada en su libertad sexual, además de sentir miedo

23 ene 2021 . Actualizado a las 19:34 h.

Indignada, atemorizada, cabreada y estupefacta. Así se quedó una vecina de Outes tras conocer la sentencia de una jueza de Muros por una denuncia que interpuso contra un hombre que había acudido a su centro de trabajo para realizar unos arreglos y que acabó mostrándole los genitales. Fue absuelto de un delito leve y todo porque lo sorprendió a sus espaldas al girarse.

Los hechos tuvieron lugar el 2 de noviembre del año pasado en las oficinas de la empresa donde trabaja la afectada. Según la denuncia que presentó ante la Guardia Civil de la localidad, en el mes de junio solicitó a un electricista la realización de unos trabajos que consistían en el mantenimiento y puesta a punto de las luces de la oficina y de un portal automático, los cuales «fueron realizados en varias ocasiones».

La denunciante explicó en su comparecencia ante la Guardia Civil que le extrañó que acudiese tantas veces, ya que el trabajo contratado no era mucho. Sin embargo, ese día regresó para hacer unas comprobaciones de un reloj y al llegar se topó con la puerta principal cerrada y tuvo que entrar por el portal.

Bloqueada

Una vez finalizada la reparación, y según consta en la denuncia, el hombre le comentó si cerraba el portal de la tienda «ya que tiene un botón en el interior que permite hacerlo, contestando la denunciante que si. Cuando se giró para contestarle, el operario se encuentra con la cremallera del pantalón abierta y con los genitales fuera. No mediando conversación, dicho acto hizo que la compareciente se asustase. Durante un minuto se quedó bloqueada, sentada en su silla pensando qué hacer, que sentía miedo, por lo que decidió coger apresuradamente las llaves de la oficina y del coche y el móvil, abandonando el lugar».

La afectada explicó en el cuartel que nunca le había pasado nada igual y lo que le extrañaba era que esa persona acudiese continuamente a la empresa y que nunca hubo ningún tipo de acercamiento con el denunciado al que describe como «una persona seria, introvertida y tímida» con la que la relación que siempre había tenido había sido de carácter laboral.

En la sentencia de la jueza muradana se especifica que «por la denunciante se expuso que vio al denunciado porque se giró para contestarle, pero que si ella no se hubiera girado no se hubiera enterado. A lo anterior añadió que él no le hizo ninguna indicación para que se volviese, y que no se acercó, ni que cerrase alguna puerta que limitase la salida de la denunciante».

La outiense recurrió la sentencia solicitando la condena del individuo al considerar que se sintió coaccionada en su libertad sexual, además de sentir miedo. La mujer explicó que acude a otras instancias judiciales para que el hombre no vuelva a actuar contra nadie. Dijo que no quería ninguna compensación económica, solo que se hiciese justicia y que no vuelva a repetirse.