No es serio este cementerio de dos vecinos de A Pobra

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El espíritu del Samaín ha tomado la calle Pintor Laxeiro, donde una pareja levantó un original camposanto a la puerta de su casa

30 oct 2020 . Actualizado a las 11:18 h.

Ya hacía varios días que los vecinos de la calle Pintor Laxeiro de A Pobra se preguntaban qué estaría argallando Manuel Fandiño, que no paraba de trabajar en su garaje. El Samaín se ha convertido en una de las fechas más señaladas para este pobrense y su mujer, que hace unos años comenzaron a adornar la fachada de su vivienda con unas calabazas con velas, y en el 2019 ya se animaron y colocaron una pequeña procesión de ánimas de la Santa Compaña. «Pero eses días fixo moi mal tempo e as pobres acabaron polo chan a maior parte das veces. Foi entón cando pensamos que para a próxima tiñamos que facer algo máis grande, coma un cemiterio», recuerda.

Y así lo hicieron. Durante una semana estuvieron fabricando unas originales lápidas con corcho y la ayuda de un cúter, y luego su mujer, Emma Romero, fue la encargada de ponerle los nombres en recuerdo de unos fallecidos un poco singulares: ¡Che... Vení!, O Tranquimanises, A Repanocha, O Borralla, O que non safou. «Os nomes non fan referencia a ninguén en concreto, foron idea dela para darlle un toque divertido a este camposanto. Ademais, ao final, como se nos estaban acabando as letras, tivemos que facer varios xogos de palabras con algunhas soltas», afirma Manuel Fandiño, que el lunes ya colgó en la fachada de su edificio todo este panteón, y lo acompañó de las figuras de la Santa Compaña.

Sorpresa

La propuesta de este año de Manuel y Emma para celebrar el Samaín no ha dejado a nadie indiferente, y la mayoría de los pobrenses que han pasado por la calle Pintor Laxeiro se han quedado sorprendidos por la originalidad de la composición, a pesar de que el mal tiempo de los últimos días hizo que quedara un poco deslucida porque las telas de araña no paraban de volar y las ánimas se acabaron mojando.

Fandiño explica divertido que una vecina incluso se llegó a preguntar qué estarían mirando esas personas que estaban quietas en la acera, «e cando se achegou veu que eran os fantasmicos da Santa Compaña. Á maioría da xente está gustándolle moito, tanto aos nenos como aos maiores», reconoce el pobrense, que quiere olvidarse del componente tétrico de los cementerios y darle un poco de diversión.

De hecho, su intención es ponerle una nota de humor a estas fechas, sobre todo en este año que la pandemia del coronavirus y las restricciones han provocado que todas las celebraciones se hayan cancelado. «Queriamos darlle un pouco de vida á rúa, e tamén reivindicar a importancia do noso Samaín, porque parece que o Halloween nos está comendo o noso, e nós tamén temos festas con moita tradición», defiende el pobrense, que insiste en que hay que promocionar «máis o que temos e loitar contra tanta ianquilandia».

Este singular camposanto, que todos los días Manuel Fandiño saca del garaje y cuelga de la fachada de su vivienda, estará abierto hasta el próximo domingo, festividad de Todos los Santos, cuando se guardará hasta el próximo año. Tal vez entonces haya nuevas sorpresas. Lo que está claro es que, como cantaba Mecano, «no es serio este cementerio».