Los productores tratan de defenderse con cierres, pastores eléctricos y videovigilancia

La Voz

BARBANZA

31 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«No caso dos meus avós, eles botaban millo, viñeron os xabarís e levantaron todo. Cando xa non se podía tentámolo coas patacas e volvían a levantar todo. Iso si, non me acordo que aparecera ninguén da Xunta por aquí», el vecino de Artes Fran González reconoce que hace años que desistieron de trabajar las huertas familiares, cuando las entradas de los cerdos salvajes pasaron de ser una mala anécdota a una rutina desesperante. En resumidas cuentas, existen dos opciones: tirar la toalla y, para aquellos que pueden y quieren permitírselo, mostrar resistencia.

En este sentido, la mayoría de afectados se han visto forzados a instalar o a mejorar los cierres de las parcelas, una cuestión en ocasiones muy cara para quien cuenta con grandes extensiones de cultivos. De la misma forma, hay ejemplos como el de José Martínez, presidente de la asociación de propietarios afectados del parque natural de Ribeira, en los que se ha logrado capear pérdidas instalando pastores eléctricos y sistemas de videovigilancia.

Medida disuasoria

«De momento, as perdas ascenden a unha hectárea e media, pero aínda non acabou a campaña», explicó Martínez para señalar que la instalación de la alambrada eléctrica «surte bastante efecto disuasorio porque o animal colle medo. O problema é que cando recibe a descarga tende a cargar e acaba atrapado dentro da horta». La medida, que también emplean compañeros suyos, puede suponer un coste de unos 350 euros, pero «paga a pena, aínda que hai que ter coidado cos xabarís de dúas patas», en alusión a los frecuentes robos de estos sistemas de seguridad.

En su caso, también ha recogido imágenes que ilustran perfectamente el problema, con manadas de cerca de una decena de jabalíes entrando en fila india al maizal. «Nun vídeo pode verse a unha cola de sete observando o pastor eléctrico, pero comezan a retroceder sen darse a volta, como disimulando», anotó irónicamente el productor.