«Riveira»

Alberto Carballo Cortés BUZÓN DEL LECTOR

BARBANZA

24 abr 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

«Renacerán muchas palabras que ya se habían perdido y caerán en olvido voces que hoy gozan de prestigio, si es que lo quiere el uso, que es verdadero árbitro y ley y la norma del lenguaje». (Horacio, Epístola a los pisones o también conocida como Ars poética).

Horacio lo dejó claro hace ya unos cuantos siglos. La lengua no es de los académicos, ni de los filólogos, ni de los gramáticos: la lengua es del pueblo. Somos los hablantes quienes la hacemos y le damos forma gracias a ese «uso» que mencionaba en su conocida obra el poeta clásico.

Por eso es por lo que en nuestro diccionario existe la palabra cocodrilo, que debería haber sido «crocodilo» si atendemos a su etimología latina: crocodilum. Pero no se acepta «cocreta», a pesar de que el fenómeno es el mismo: porque el uso, los hablantes, así lo han establecido.

Y con el topónimo de Riveira pasa tres cuartos de lo mismo. Hace cuarenta años todos y todas lo usábamos con uve por alguna o ninguna razón, pero el pueblo es dueño de sus voces, de sus nombres propios y de sus topónimos, sobre todo.

Si la Real Academia Galega (RAG) hiciese caso a la ciudadanía de Riveira en el año 1988, seguro que no tendría dudas, y ni siquiera buscaría el origen en «riparia» o en el conde de Rivera, simplemente acataría la máxima de que es el pueblo el que manda en su idioma.

Pero a decir verdad, hoy, en el año 2018, con otras generaciones y, sobre todo, con la herramienta mágica que es Internet con sus redes sociales, la pelea de la uve está perdida, creo que para siempre, pero también por la misma razón de siempre: «La lengua es del pueblo», como bien decía Horacio.

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