Sacrificios

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

02 mar 2018 . Actualizado a las 22:10 h.

Araíz de unas declaraciones de Teresa Villaverde publicadas ayer en La Voz, me quedé reflexionando un buen rato. No tanto por quien lo decía, que me parece una persona válida, si no por el discurso y ciertas poses que los políticos repiten una y otra vez hasta el punto de que a quienes las escuchamos no nos inmutan. Decía: «Eu estou disposta a servir a Lousame si así o cre o meu grupo». Que está en la órbita del «estoy dispuesta a sacrificarme por mi pueblo, autonomía o Estado» ¡Ahí es nada! Que así, sin anestesia, te la endilgan hasta el píloro. A lo que yo contesto: ¡Oigan, políticos locales o de altos vuelos, no lo hagan por mí! No desperdicien su preciado tiempo en iluminar y socorrer a esta pecadora ciudadana.

Y miren que quien suscribe tiene claro que la clase política es un reflejo de la sociedad que la cobija y sustenta. Incluida la tan denostada corrupción, que es practicada a diario por muchos de aquellos que se dan fariseos golpes de pecho ante lo que ven en O Hórreo o en la Carrera de San Jerónimo. Pero también tengo claro que una sociedad que sufre una crisis de valores y la profesionalización de la política -donde se ve una salida rápida, lustrosa y con posibilidades en la que no se pide formación ni experiencia-, no va a parar a ese puerto lo más granado de la misma.

Y por donde ya no paso es porque me digan que vienen a servirme. Como mínimo y mal menor aspiran a hacer «su» gestión y a implantar «su» modelo. A partir de ahí puede ser peor. Pero, por lo menos, por favor, en mi nombre no hagan sacrificios. Aunque no debe ser mucho el sacrificio cuando tantos se pegan por hacerlo, digo yo.