La niña que hipnotiza a las cámaras

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

A sus 5 años ya tiene representante porque le llueven los papeles, incluso nacionales

29 may 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Con sus grandes ojos, de un color entre verde y grisáceo, sus adorables rizos y una cara angelical, Claudia Basallo Rego se trae de calle a los directores de cine. La pequeña de A Pobra tiene algo capaz de hipnotizar a las cámaras, una actitud que encandila a los productores y una madurez impropia de una niña de solo 5 años como ella.

Empezó con 3 y, en este caso, de casta le viene al galgo. «Nós somos figurantes e comezou a raíz dunha rodaxe que facía a súa nai. Descubriu ese mundo de maquillaxe e vestidos e preguntounos se podía probar», cuenta su padre, Lois. Aunque Claudia se inició a nivel no profesional, pronto empezó a despuntar sobre el resto y llegaron los papeles principales. «A nena valía, incluso a nós nos sorprendeu, e non tardaron en velo», continúa el progenitor. En cuestión de un par de años, ya figura en el reparto de dos largometrajes. El primero fue Luz de soledad, y luego vino El color del miedo, en los que se pudo codear con artistas ya consagrados, como Elena Furiase, Lolita Flores, Teté Delgado, Mela Casal o Manuel Millán.

Y no dejan de lloverle trabajos, hasta el punto de que desde hace un año tiene su propio representante y la han llamado para otro proyecto de ámbito nacional. «Por agora non ten problemas para compaxinalo cos estudos. A súa profesora está moi contenta e segue sacando notas boas», explica el padre de Claudia.

El set de rodaje se convirtió, de alguna forma, en su segundo patio de juegos. «É unha nena que pronto colle confianza e relación cos técnicos ou co director. Métese no combo para ver como se grava, sabe que é un travelling, incluso o que non pode poñer o actor para que non saia distorsionado; pero son cousas que saen dela de forma espontánea e natural», continúa Lois.

Una afición más

Para la niña pobrense, que se siente una más en la escuela infantil Fernández Varela, lo de las cámaras es una afición más. Dice que quiere ser médica, presidenta del Gobierno y directora de cine. Y, entre las muchas actividades por las que siente inclinación, además de la interpretación, están el patinaje, el ballet, la natación, el canto coral y aún le da tiempo a estudiar dos idiomas sin cojear en ninguna de estas patas.

«É sorprendente vela tratar cos actores máis famosos, porque para ela son xente de a pé. Compartiu reparto con Morris, Manuel de Blas, Willy Barrientos... Moitas caras coñecidas, pero ela non os trata coma estrelas. Con Isabel Risco e David Amor chegou a coller moita relación e séguena mantendo», indica su madre, Adriana.

Sus padres reconocen que a veces les admira la capacidad que tiene Claudia para meterse en el papel a pesar de su edad. «Cando a ves diante da cámara, cambia totalmente. Non lle teñen que dar apenas explicacións sobre como comportarse ou que cara poñer, sae dela e entende todo isto coma un xogo», destaca la madre.

Claudia también ha tocado otros palos, como la publicidad, e incluso participó en un reality televisado. Uno de los últimos anuncios que hizo fue para la oenegé Acampa, metiéndose en la piel de una niña refugiada, y está previsto su estreno en A Coruña en la celebración de una gran acampada en la calle. Y la telerrealidad fue algo que llamó a su puerta el año pasado, con la grabación de un documental de Movistar+ titulado La vida secreta de los niños, un experimento en el que se grababan las reacciones de diez niños que coincidían por primera vez en la escuela y que buscaba mostrar cómo actúan y se relacionan los críos cuando no están sus padres delante.

«Coñecemos bastante á nosa filla e a verdade é que non levamos ningunha sorpresa. Tivo un comportamento exemplar», cuentan sus padres con orgullo. Para ella fue, simplemente, una experiencia más en la mochila.