«El cambio en la letra es algo normal»

p. s. OURENSE / LA VOZ

BARBANZA

MIGUEL VILLAR

El especialista en grafología dice que la caligrafía se adapta con el paso del tiempo

15 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel Ángel Gómez (Sidi Ifni, 1966) estudió Derecho, pero no llegó a ejercer como abogado. Trabajó en banca. Al dejarlo, llegó a la grafología y de ahí a la grafopsicología. De esta última habla en un curso en la UNED.

La grafología, aclara, «es el estudio de la escritura y de los dibujos, de los trazos, es como la matriz, como la mamá, con dos hijos. La pericia caligráfica es más conocida: cuando se ve si la letra de Bárcenas es la que está en la agenda. Pero hay otra vertiente, que utiliza las mismas herramientas, para tratar de determinar aspectos de la personalidad, el temperamento y el carácter: es la grafopsicología.

-¿Son complementarias?

-Distintas. Se usan las mismas reglas, pero la finalidad es distinta. Una trata de ir más al fondo.

-¿Donde se aprende?

-Aparte de la introducción, en cursos como este en Ourense, la Autónoma de Barcelona ofrece un máster y también hay algo en la Complutense de Madrid. En España no hay una carrera. Yo me formé en Santiago para trabajar como perito calígrafo. Busqué más y descubrí la grafopsicología en Barcelona. Completé formación en otros sitios.

-¿De qué vive un grafopsicológo? Porque solo de cursillos...

-La pericial caligráfica se hizo necesaria en los juzgados. Esta otra vertiente también tiene qué aportar, aunque tiene detractores, es verdad. En un caso de abusos de menores, por ejemplo, a través de dibujos y de la letra tratas de discernir y aportar más. No hay nada exacto. Lo que hago, sobre todo, es trabajar mucho con familias, con padres y con niños. Junto con una compañera, que es psicóloga, tenemos un gabinete en Ribeira. Lo aplicamos a la cotidianeidad y nos sirve como una herramienta más. Habilidades personales, asuntos de criminología, de pareja, o análisis para selecciones de personal, el campo es muy grande.

-Dice que con la grafopsicología se puede detectar la dificultad respiratoria de una persona...

-Determinadas letras son muy sensibles y todas requieren unos movimientos. Con una «ele», por ejemplo, tienes que ir hacia arriba y después se ha de bajar. Es la letra respiratoria. En momentos determinados, con el corazón influyendo en la respiración, hay como pequeñas interrupciones. Es como si el latido del corazón interfiriera y nos hiciera dar como un saltito.

-¿Puede delatar la letra algún secreto inconfesable?

-Hay que ser muy cautelosos.

-¿Se ha encontrado con alguna situación que lo hiciera sospechar de algún delito, o que lo llevara a acudir a un juez?

-Observas movimientos, pero nunca tienes certezas plenas. Hay una especialización, que es la grafología forense, que se dedica al ámbito criminal. Determinados movimientos, algunas letras, transmiten dureza, más enérgicos. A veces, en abusos sexuales se hacen análisis específicos. Es como en el habla. Hay quien se expresa más fuerte, más acerado, pues en la letra pasa igual.

-Y quien se apunte a un cursillo como el de la UNED, ¿puede autodiagnosticarse?

-Con doce horas, de lo que se trata es de conocer aspectos básicos, aunque algo siempre vas a aprender y vas a sacarle jugo.

-¿Salen los alumnos con la idea de que hay que tener cuidado a la hora de entregar algún manuscrito a otra persona?

-Es como cuando en algunos ambientes se tiene cuidado al hablar si hay un periodista. Cada uno tiene su manera de escribir. La letra de cualquier persona es la suya. Mi gran aprendizaje fue conmigo mismo. En general, cuando hablas con alguien te puede decir que no tiene una letra bonita y se excusa.

-¿Cree que cada día se cuida menos la caligrafía?

-Cuando hago un análisis, parto de la caligrafía, de cómo se hacen las letras. Una cosa es que, con la experiencia vital, hayas determinado cómo te sientes más cómodo. Escribimos como nos gusta. Otra cosa es que con el paso de los años empecemos a perder energía, vitalidad. Y se pierde dinamismo. Escribimos como realmente somos. El cambio en la letra es normal, es la forma de adaptarse con la experiencia. Si se guardara la escritura de los últimos años se vería la evolución de cualquier persona. No se habla igual toda la vida, también se cambia. Es como la sociedad, que antes más de formas y ahora más de movimientos. A la hora de escribir hacemos desviaciones porque realmente refleja quienes somos.