Si nos atenemos a las advertencias realizadas en los últimos días por aquellos que rigen los des(a)tinos de España y Europa para el 2011, mejor que entonemos la plegaria: ¡Virgencita que me quede como estoy! Pero si tenemos en cuenta sus aciertos a la hora de predecir la crisis que nos asola, también los de sus iniciativas para sacarnos de ella, todavía hay lugar para la esperanza.
Si fallan de forma tan estrepitosa en lo uno también pueden hacerlo en lo otro ¡no se consuela el que no quiere! Si levantasen los ojos de sus ombligos podrían percibir que se han quedado solos en ese mundo, porque el resto de los mortales vaga con sus cruces a cuestas por la cruel realidad; donde el 15 es fin de mes para el pote y el 31 se festeja cada vez menos. Esa en la que no hay medallitas, inauguraciones, viajecitos ni vinitos por la patilla. Pero si despidos a tutiplén y más atracos que en las favelas de Río de Janeiro. Con guante blanco, of course, que los sicarios patrios no se ensucian las manos; aquí incluso te mandan el recibo a casa.
¿Cómo vamos a superar la bacanal económica y social creada por un Estado, con perdón, 17 autonomías, 2 ciudades autónomas, 50 provincias, 8.114 municipios y miles de saraos públicos? Todas ellos con su kit de Famobil: sedes, mobiliario, funcionarios y funcionarias, fiestas, cargos políticos remunerados y manual de tráfico de influencias. ¡Ah, la versión española viene con licencia para despilfarrar!
Que lo sepan. En nuestro huerto próximo, Barbanza, se ha dado un tímido paso para mancomunar algún servicio. Pero habría que profundizar mucho en ello y el localismo de muchos políticos ramplones lo impedirá. No queda otra alternativa que legislar de arriba a abajo. Normas que afecten a todas las Administraciones. Control real del gasto y del déficit. Simplificación y clarificación en la ejecución de los presupuestos, menos efectismo y más efectividad. Fijación por decreto de los niveles salariales para los cargos políticos o discrecionales. Control de productividad en la función pública y abolición de las prebendas.
Y así podríamos continuar, pero supongo que no será el caso. Por tanto me suscribo al dicho de que mientras no peligre la vida de la artista será un buen año, en lo demás aguantar lo que se pueda.
Como ha llegado a mi poder el calendario laboral de Boiro para el 2011, observo que los festivos locales serán el 31 de agosto y el 13 de diciembre. El primero, por ser una romería a la que concurren muchos vecinos, está bien; pero el segundo ¿qué se celebra? Una festividad sin seguimiento alguno, una reminiscencia religiosa ajena al 95% de los boirenses.
La única explicación es que a esta izquierda que se declara agnóstica al final le pone el palio y los oropeles. Porque a nivel laboral no parece muy oportuno fijar un martes festivo cuando la semana anterior también lo son el martes y el jueves. Menos de cara al comercio local, pues será una oportunidad única, cerca de las Navidades, para irse a algún centro comercial de Santiago de Compostela, A Coruña o Portugal, que ejercen mayor atractivo.
¡Qué decir del baile anual de fechas! Lo lógico, por descanso o diversión, sería optar, como hace la mayoría de los municipios, por el carnaval o las fiestas de verano. Pero claro, sería lo lógico.