El Premio Nacional reconoce la teoría y la práctica arquitectónicas de Moneo
CULTURA
El galardón distingue la calidad de su obra así como su magisterio de la disciplina
09 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Rafael Moneo sumó ayer el Premio Nacional de Arquitectura a su larga lista de reconocimientos: el Pritzker -el único español que lo ha ganado hasta ahora-, el Mies van der Rohe o la Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects. El jurado lo reconoce como autoridad en la práctica y también en la teoría de su disciplina, concretadas en la calidad de una obra internacionalmente valorada y en su contribución «al pensamiento arquitectónico» y el «magisterio» que ejerce en la universidad, entre ellas la de Harvard. Convocado por el Ministerio de Fomento, el galardón lleva aparejada una dotación de 60.000 euros, y su objetivo es recompensar a una persona o entidad que «con su trabajo o el conjunto de su obra contribuya de forma extraordinaria al enriquecimiento de los aspectos sociales, tecnológicos y sostenibles de la arquitectura o el urbanismo español dentro y fuera de nuestras fronteras», lo cual se cumple en el galardonado de esta edición.
Moneo (Tudela, 1937) se formó con Sáenz de Oiza. Aunque sus inicios se dieron en el ámbito de la arquitectura residencial, su trayectoria es más conocida por sus edificios públicos. Ha firmado museos como el Nacional de Arte Romano en Mérida, el de Ciencia de Valladolid o el de Arte y Arquitectura de Estocolmo, además de convertir el Thyssen de Madrid en pinacoteca y ampliar el Prado. Otros hitos son el edificio Kursaal en San Sebastián, la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles o las bodegas Chivite en Estella. En su carrera no faltan bibliotecas, ayuntamientos, hoteles, oficinas, terminales de aeropuertos o estaciones de ferrocarril. Una diversidad que el arquitecto aúna, como explicó en marzo a La Voz: «Las obras se necesitan unas a otras; la obra en su conjunto es la tarea de un arquitecto que, habiendo avanzado mucho en su carrera, llega a darse cuenta de que hay un discurso en ella que acerca y no establece tan claras distancias ni estilísticas con su obra». Moneo hacía esta reflexión en el contexto de la primera gran muestra retrospectiva sobre su trayectoria que promovió la Fundación Barrié, y que, tras pasar por A Coruña y Belém, se puede ver actualmente en Ciudad de México. El dibujo como herramienta fundamental es el hilo conductor de una exposición que aborda 46 de sus proyectos, con maquetas, fotografías y planos originales.
La aportación de Moneo, como subraya el jurado, también ha sido teórica y educacional, una faceta a la que quizá haya contribuido la duda que en su día lo llevó a elegir entre estudiar arquitectura o filosofía. Si renunciar a la práctica de la disciplina, ha sido pensador y profesor.