A vueltas con el obelisco

Javier Gago OPINIÓN

VILAGARCÍA DE AROUSA

15 mar 2015 . Actualizado a las 13:13 h.

No quisiera perder la oportunidad de opinar sobre la posibilidad de que uno de nuestros «elementos emblemáticos», que no monumento histórico-artístico ni Bien de Interés Cultural, regrese a su lugar de origen, esto es, a la plaza de Galicia. Me refiero, claro está, al obelisco, para el que, al parecer, hay planes que incluyen su reubicación. Para empezar, no estaría de más recordar que cuando se remodeló la Plaza de Galicia se buscó crear un espacio abierto, diáfano, exento de estorbos. Un lugar para estar y no solo pasar; para el encuentro y disfrute de mayores y niños; para la celebración de actos lúdicos, culturales y sociales; un ágora llena de vida, libre de conflictos.

Creo que, a la vista está, se han cumplido con creces los objetivos esperados, y no parece que sea necesaria ninguna alteración para mejorar los resultados, y mucho menos instalar un obstáculo que puede suponer, incluso, un atractivo e indeseado riesgo para los jóvenes, y no tan jóvenes, aficionados al alpinismo urbano.

Por otro lado, si de lo que se trata es de retrotraernos al pasado, se me ocurren algunas preguntas que carecen de respuestas, como por ejemplo, ¿rescataremos, también, el busto de Calvo Sotelo? ¿devolveremos a su lugar primitivo, o sea, a la plaza de la Independencia, la fuente de la plaza de Martín Gómez Abal, recientemente restaurada? ¿permitiremos que regresen los leones del Ayuntamiento a la entrada del Bosque de los Desamparados? Puedo seguir, pero para muestra, un botón.

En fin, conocer el pasado es requisito necesario para enfrentarse al futuro, pero me gusta creer que para construir la Vilagarcía de mañana no es imprescindible retornar a la de antes de ayer.