Ribadumia y Arousa, 4 puntos que diferencian un gran recuerdo de un ejercicio para el olvido
RIBADUMIA
El triunfo sobre el Choco ajusta las sensaciones y trayectorias del equipo aurinegro, frente a la pobre imagen de archivo de su vecino arlequinado
19 may 2015 . Actualizado a las 11:38 h.Apuntaba el otro día un conocido nombre del fútbol arousano que cuando vienen mal dadas el aficionado solo se acaba quedando con el final de la historia, incapaz de apreciar nunca los claros brillantes y hasta los episodios felices que su equipo le pudiese haber regalado durante lo que es el largo camino de una Liga. Una verdad que no siempre juega en contra. Porque se dan casos, como el del C.D. Ribadumia, en los que un último triunfo en la jornada de clausura del ejercicio es capaz de restaurar en gran medida la deteriorada imagen de un equipo que tiró por la borda la posibilidad de hacer historia propia, pero también en la Tercera gallega.
El 3-1 sobre el Choco catapultó al cuadro aurinegro de la décima a la séptima plaza final empatado a 58 puntos con el Ribadeo, sexto, a 1 del Bergantiños, quinto, y a 4 de su postrero rival, al que los hombres de Félix Cao privaron de redondear su clasificación para la promoción a 2.ªB como terceros aprovechando la derrota del Cerceda en Pasarón.
Tumbando al equipo redondelano, y haciéndolo además con solvencia, el Ribadumia recuperó el papel de conjunto revelación, compartido con el Ribadeo, y sentó las bases para que su afición empiece a construír el recuerdo de una excepcional primera participación del club en la División por encima de la oportunidad de oro perdida por el plantel de A Senra de estrenarse a lo grande con una clasificación para la fase que tuvo en su mano.
Los de Piscis, la cruz
Doce jornadas sumaron tanto Ribadumia como Arousa en puestos de promoción. Ninguna en el tramo decisivo del campeonato. El cuadro vilagarciano, que tuvo el segundo puesto las jornadas 9 y 10, disfrutó por última vez de estancia en la zona noble de la clasificación en la jornada 28. Su vecino, líder al término de la segunda semana de campeonato, no regresó entre los cuatro mejores de la tabla desde que en la 30 se despedía del cuarto puesto.
La evolución de ambos presentó sin embargo notables diferencias. Así, el Ribadumia pasó de un arranque prodigioso para un recién ascendido, con dos triunfos y dos empates, a padecer una sequía de siete jornadas sin ganar lastrado por las lesiones al unísono de Changui y Sylla, con tres empates y cuatro derrotas que lo llevaron a rozar por primera y única vez la zona de descenso, 16.º; y de ahí a once jornadas invicto -ocho triunfos y tres igualadas-, para acabar desperdiciando un agradecido calendario final que lo daba como favorito a la fase. El Arousa, a pesar del bajo rendimiento del grueso de sus sobre el papel grandes fichajes, y con el cartel de aspirante a la promoción, sobrellevó su irregularidad destacado en la clasificación hasta que a partir del último tercio de Liga se acabó de destapar su productividad negativa ante la mayoría de sus rivales directos. Undécimo, los de Piscis cayeron cuatro puestos respecto a la temporada anterior.
El futuro, pendiente de los próximos cambios de directiva
La falta de respuesta de sus grandes fichajes, que hacían de la presente versión un equipo más poderoso que el de la temporada anterior, más pizcas de mala suerte y arbitrajes puntuales son los argumentos más escuchados en A Lomba a la hora de explicar la decepcionante campaña arlequinada. Decepcionante no tanto por la clasificación final en la Tercera gallega más apretada de cuantas se recuerdan en los últimos años, sino por la falta de emoción trasladada por el juego de los de Piscis y, sobre todo, por las expectativas del aficionado al inicio de la temporada. En el Ribadumia se habla en cambio de ejercicio demasiado largo para un plantel corto.
Los próximos proyectos en A Lomba y A Senra quedan supeditados ahora a la identidad de los directivos que surjan entre esta semana y la próxima de los procesos electorales en los dos clubes.