«Soy práctica. Entreno, compito, y si soy competitiva, no importa el DNI»

O GROVE

RAMON LEIRO

La gallega habla del premio al trabajo y la constancia, el secreto de que su nombre se dibuje en el horizonte de Tokio

26 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ver acercarse a su pequeña Naira con una bandeja del horno al calor de su hogar para ser la azafata que le cuelgue al cuello por segunda vez la medalla de oro del K-1 200 de los Juegos del Mediterráneo. Esa es la mayor recompensa que ha recibido Teri Portela de su actuación el pasado fin de semana en la cita de Tarragona. Con su primer gran podio internacional en tres años confirmando a la canguesa como la estrella mundial del kayak que siempre ha estado ahí. Alcanzar los que serían sus sextos Juegos Olímpicos no es cuestión, dice Teri, de DNI.

-Treinta y seis primaveras, tres años desde su anterior medalla en la élite internacional, y nueve desde que se subía a lo más alto de un podio en las grandes citas fuera de España. ¿Qué supone para Teri Portela su título en los Juegos del Mediterráneo 2018?

-Pues, para mí es importante. En este caso me da unas fuerzas extra. Mi prueba está muy, muy igualada, la gente le da importancia si eres medalla o no, y a veces por milésimas no la consigues. Ser medalla supone una alegría, el premio a trabajar año tras año, a ser constante. En el Campeonato del Mundo se van a sumar más rivales, pero las rivales en los Juegos del Mediterráneo son finalistas del Campeonato de Europa y del Mundo. El oro en Tarragona es una referencia. Este oro me da mucha fuerza para seguir entrenando. Igual que me lo dio el cuarto puesto en el Europeo dos semanas antes. Saber que por 38 milésimas no fui podio en Belgrado me hace ver que estoy ahí, que soy competitiva. Este oro en todo caso no me da pie a relajarme. Gané, bien. Pero hoy -por ayer- ya entrené mañana y tarde. Mi objetivo es el Mundial. Esto no me hace más buena ni más importante. Me da una motivación más.

-Dos semanas antes rozaba el bronce en el Europeo. Podríamos decir que Teri Portela vuelve a estar en la pelea, pero resulta más cierto afirmar que nunca ha dejado de estarlo...

-Sí, bueno. Yo me centré en el K-1 200 desde el 2011. En los Juegos Olímpicos del 2012 quedé cuarta en Londres, en el 2013 cuarta en el Mundial, en el 2014 no competí, en el 2015 fui bronce mundial, en el 2016 quedé sexta en los Juegos de Río; y solo el año pasado, que tuve una semifinal complicada, y no me metí, gané la final B. Cuarta, cuarta, tercera... Y no porque el año pasado quedara décima del mundo siento que bajase el listón. Entrené mucho, pero hay tanta igualdad en el K-1 200 que una semifinal se te complica, y ya está. Ves que son centímetros lo que nos separan.

-Llegados a este punto, ¿ya puede decir que su objetivo es disputar sus sextos Juegos Olímpicos?

-Sería un reto importante, la verdad. El año que viene el Mundial es clasificatorio. Pero aún tendré que ganar un selectivo, ir al Mundial, ganar la plaza. Poder participar en unos sextos Juegos Olímpicos, nunca me lo habría imaginado, no estaba en mis planes; ni en mis mejores sueños.

-Domina el K-1 200, pero hoy tampoco hay mejor palista española en el K-1 500. Sin embargo, lleva tres ciclos olímpicos aplicándose aquello de que el que mucho abarca, poco aprieta. Más allá de la cabeza, con 36 años, 38 en el 2020, ¿el corazón no le pide intentar un doblete olímpico?

-No. No. No, no. No. Es como quien va a los exámenes a ver si suena la flauta. Y esto no es cuestión de a ver si suena la flauta. Prefiero centrarme en el 200, llevármelos bien aprendidos, que ir a medias en dos pruebas. El 500 es otra frecuencia de palada. En los Juegos del Mediterráneo no me jugaba nada, y doblé. El Mundial y los Juegos son otra cosa. Me lo estoy jugando todo a una carta. Pero lo prefiero así.

-Cada vez son más las disciplinas en las que se está viendo una considerable prolongación de la capacidad de rendimiento al más alto nivel de los deportistas prémium. Una prueba de velocidad, como el K-1 200, eleva la dificultad de conseguirlo. ¿Cuál es el secreto para que Teri Portela siga siendo respetada y temida por sus rivales?

-Con los años se pierde velocidad. Vale, habrá estudios, y será así. También me decían que el rendimiento óptimo de los deportistas es a los 25-26 años. Yo tengo 36. No me quiero dejar llevar por lo que siempre se dice. No. No. Prefiero dejarme llevar por lo que yo pienso y siento, y ya está. Que esos tópicos no sean los que me hagan decir que dejo el 200, porque ya tengo 36 años. Si sigo entrenando, sigo encontrándome bien, haciendo buenos tiempos, yendo al Campeonato de Europa haciendo un buen papel; pues lo siento, sigo. Son muchas cosas las que te llevan al éxito. Yo soy práctica. Yo entreno, yo compito, y si soy competitiva, no importa ni me dejo llevar por el DNI.