«Non ten sentido que os de Isorna non poidamos ir a Catoira»

Jose Manuel Jamardo Castro
J. m. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

CATOIRA

cedida

La prohibición de cambiar de provincia obliga a los coruñeses de la orilla del Ulla a comprar en Rianxo

15 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La parroquia rianxeira de Isorna es la raia barbanzana y la única que tiene contacto directo con el río Ulla, pues sus aguas bañan parte de sus tierras. Es el límite de la comarca con la provincia de Pontevedra. Y es que Catoira está al otro lado, enfrente. Las famosas torres de Oeste son su referente. Los vecinos de ambas orillas siempre mantuvieron un vínculo muy especial y una excelente relación tanto social como comercial.

El centro urbano de la localidad pontevedresa está a unos cuatro kilómetros de Isorna, cuyos vecinos tienen la rianxeira plaza de Castelao a más de diez. Por eso, muchos de los residentes en la margen de la provincia de A Coruña acuden al otro lado del puente a hacer todo tipo de gestiones. Es el caso de José Vázquez González, un jubilado de 64 años a quien la prohibición de pasar a otra provincia en la primera fase de la desescalada le está causando algún que otro contratiempo, pues «teño que ir para todo a Rianxo, cando antes ía a Catoira».

Ayer, José Vázquez tuvo que desplazarse a Taragoña a buscar gasolina para el cortacésped: «Case trinta quilómetros, ida e volta, cando teño unha estación de servizo a menos de catro».La relación y la proximidad entre ambos núcleos es tanta que muchos vecinos de Isorna trabajan en empresas catoirenses.

Las limitaciones de desplazamientos entre provincias están alterando la vida de muchos vecinos de Isorna. Vázquez González comenta que debido a la proximidad «somos moitos os que nos desprazamos ao outro lado do río para facer compras e tamén xestións: dende ir ao banco ata a panadería ou ao supermercado, pero agora, con esta medida, de momento teremos que poñer rumbo a Rianxo».

Desplazamientos

Los problemas a los que se enfrentan algunos son principalmente de tiempo y de medios de locomoción. La línea regular de autobuses de Rianxo quedó suspendida, y «moitos non teñen coche e ían a Catoira en moto ou en bicicleta», reconoce José Vázquez, quien añade que él es jubilado «e teño tempo, pero hai outros veciños que non teñen tanto».

Este rianxeiro lleva unos dos años jubilado, y una de sus pasiones es caminar. Sale prácticamente todos los días a hacer varios kilómetros. Su ruta habitual era cruzar el puente y dirigirse hacia la localidad fronteriza, pero ahora «xa non podo. Tiven que cambiar de ruta e vou polos montes da parroquia».

El trasiego constante de un lado hacia el otro se ha visto interrumpido por una norma impuesta por las autoridades, que no dejan pasar de una provincia a otra, una situación extraña. «Non ten moito sentido, pero son as normas e temos que acatalas, aínda que a nós prexudícannos bastante. Esperemos que se dean conta e cambien esta decisión».

Cruzar en lanchas

Catoira es desde siempre un lugar muy especial para los residentes en Isorna. A pesar de que el puente interprovincial se abrió al público hace casi cuarenta años, las relaciones vecinales entre las dos orillas eran ya antes muy cercanas.

José Vázquez recuerda iban de una orilla a otra en lanchas hasta que «se inaugurou a ponte, a principios da década dos anos 80».

El aprovisionamiento de víveres se hacía por este medio, y también los desplazamientos. «Cando fun estudar fóra, meu pai levábame nunha barca ata o outro lado e alí collía o tren para ir a Vigo ou a Santiago».

Las normas por la pandemia del coronavirus cogieron a la parroquia de Isorna en una situación que nunca pensaron que podía pasar: «Estamos coma nunha fronteira, cando nunca foi un impedimento ir dun lado ao outro». La normativa «afecta a moitos veciños. Creo que máis da metade iamos facer compras e xestións a Catoira, pois quédanos máis cerca que Rianxo». Las medidas adoptadas por el Gobierno no gustan a los residentes en la provincia coruñesa, pues «non ten sentido que os de Isorna non poidamos ir a Catoira».