En Navidad y en carnavales, en los cumpleaños o de excursión, estos vecinos de A Illa saben divertirse y divertir a los demás
27 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La culpa fue de Estrella. Había fiesta en la guardería y su madre y su abuela decidieron echar una mano para animar el cotarro. Ocurrió hace ocho años en la escuela infantil A Galiña Azul de A Illa y tan bien resultó la experiencia que aquella ocurrencia se ha convertido en costumbre. Gelines Boullosa, su marido Américo Núñez y su hija Eva son una atracción en sí mismos y tan pronto tunean una carroza para Navidad como se ponen al frente del desfile del Liborio en Entroido. Con desparpajo, buen humor y un equipo de música sobre ruedas se lanzan a la calle en cuanto tienen ocasión y montan la fiesta. En Américo recae la responsabilidad de la logística mecánica, Gelines es la experta en vestuario y manualidades y Eva pone las ideas conformando un equipo que han dado en llamar «Os de Gelines».
Lo hacen todo por amor al arte y se dan por bien pagados con la sonrisa de los niños. «Gardo todas as cartas que me dan cando vou de Papá Noel», cuenta Gelines, porque es ella quien se viste de rojo y se pone la barba blanca en A Illa. Algunos pequeños la descubren, pero esta mujer acaba convenciéndolos de que es la mejor emisaria de Santa Claus posible. Como para no creerla, y es que a Gelines le sobran recursos. Tan pronto improvisa un cuento, como fabrica los «atrapasoños» para colgar en el magnolio de la biblioteca, como cocina 250 rosquillas para endulzar la excursión de turno.
«Esta muller vale ouro», cuentan en A Illa y, como con el oro, todo lo que toca, reluce. También su jardín con vistas a la calle do Faro que desde los aciagos tiempos del covid llenan de colorido, luces y adornan hasta con un barco pirata con el fin de alegrar un el ambiente. «Din que facemos mellores escaparates que El Corte Inglés», cuentan, de modo que espectadores no les faltan al pie de casa.
La fama de Os de Gelines cruza el puente y es que Eva tan pronto se presenta disfrazada de Bob Esponja en el colegio de San Miguel como vestida de Grinch en el Fexturrón de Vilagarcía.
Ni ella ni sus padres se han dedicado nunca al teatro ni nada parecido, pero a la vista está que llevan el espectáculo en la sangre. A veces cansa, reconocen, porque el cuerpo no siempre está para preparar la carroza, la discoteca móvil y salir a la calle con la sonrisa puesta, pero siempre acaban repitiendo. «Es que nos gusta», explica Eva. Así que la próxima cita ya está marcada en el calendario. Será a propósito del cumpleaños de Gelines, el 7 de junio, que va a celebrar sus 69 primaveras con una fiesta en el local de la asociación de jubilados del pueblo con dulces, música y lo que se le vaya ocurriendo por el camino.