Hemeroteca | La complicada alcaldía de Vilanova

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

SIRO

Huelgas de hambre, amenazas de bomba, acusaciones de que eran los contrabandistas quienes ponían al alcalde y el cura intentando poner paz sin éxito. La localidad fue un polvorín durante muchos meses a principios de los años 80

18 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los resultados de las elecciones municipales de 1983 en Vilanova no dejaban las cosas nada fáciles a la hora de formar gobierno. El anterior alcalde, José Vázquez, que había aceptado encabezar la lista del PSOE como independiente tras negociaciones de última hora, se había quedado a 67 votos de obtener la mayoría absoluta. Por detrás, un conglomerado de formaciones también habían obtenido representación: Unión Parroquial Independiente, 3 concejales, Alianza Popular, dos, Convergencia de Independientes de Galicia (CIG), 2, Agrupación Independiente La Verdad, 1 y Unión Isleña Democrática, 1. Se daba por hecho que el PSOE alcanzaría un acuerdo con la CIG, pero saltó la sorpresa y se abrió la caja de Pandora. El acuerdo implicaba que los dos concejales de la CIG se abstuvieran, pero no fue así y la candidatura de Juan Nieto Dios, Chiquita, obtuvo los nueve votos necesarios para lograr la alcaldía pese a haber sido el cabeza de cartel que había contado con menos sufragios en las urnas de los que habían obtenido representación. 

A partir de ahí se fueron calentando los ánimos, y, las doscientas personas que había acudido al pleno para apoyar a Sito Vázquez presumiendo que iba a resultar elegido, se transformaron en una multitud. «Los concejales que apoyaron a Juan Nieto Dios se refugiaron en las oficinas de intervención y, poco a poco, fue concentrándose una multitud de personas venidas de A Illa de Arousa (todavía no estaba segregada) y del resto del municipio ante la Casa Consistorial», contaba el corresponsal de La Voz, Monedero, en su crónica.

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Llegaron fuerzas de seguridad, y llegó Bea Gondar, que había sido proclamado de nuevo alcalde en O Grove tras cuatro años en la oposición, y que se acercó a mediar entre sus compañeros independientes y el PSOE. A las seis de la tarde eran ya tres mil las personas y a las siete se llegó a un acuerdo para celebrar un pleno al día siguiente y volver a votar. Pero no se votó. Una consulta realizada el día anterior al Gobierno Civil dio como respuesta que todos los actos que se habían celebrado en el anterior pleno, incluso la votación, eran válidos, por lo que la sesión solo sirvió para que proclamar a Nieto Dios como nuevo alcalde de Vilanova.

Tras el pleno, el exalcalde José Vázquez anunció que iba a comenzar una huelga de hambre en A Illa. «Igual que me jugué la vida para que hubiera democracia en este país estoy dispuesto a hacerlo de nuevo», dijo a los periodistas. Y lo hizo, él y once personas más. El 28 de mayo de 1983 La Voz titulaba «Los contrabandistas, acusados de imponer al alcalde de Vilanova» una crónica en la que se afirmaba que «destacados miembros relacionados con la mafia del contrabando que opera en la ría arousana estarían directamente implicados en el grave affaire».

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El cura párroco se ofreció a mediar, pero sin éxito, puesto que, según contaba La Voz, había sido criticado por numerosos vecinos «que sitúan al cura en posiciones cercanas al nuevo alcalde». Su oferta incluía la creación de «una comisión integrada por hombres de probada autoridad y objetividad para desempeñar tal función».

Lo cierto es que pese a la huelga de hambre y pese a la intermediación eclesiástica, Nieto Dios arrancó su mandato. Convulso mandato, que intentó estirar al máximo. Se afilió a Alianza Popular «porque es el partido que manda en el Gobierno gallego y en el Parlamento», contó. Entre tanto, solo unos meses después, el 20 de marzo, el PSOE y la CIG presentaron una moción de censura. Los dos concejales independientes habían cambiado de nuevo de parecer. Tras apoyar a Chiquita, viraron de nuevo hacia la vera socialista. En el proceso, todos ellos denunciaron públicamente amenazas de muerte.

La moción de censura, sin embargo, se hizo de rogar. Nieto Dios no quería que se votara y en el pleno del mes de septiembre del año siguiente (1985) se volvió a montar  la de san Quintín. De nuevo concentración ante el Concello, y agresiones ente unos y otros. A esas alturas, una sentencia obligaba a la convocatoria del pleno extraordinario, pero el regidor se resistía hasta que el día 26 de octubre se celebró el pleno. Una sesión a la que no asistieron ni el hasta entonces alcalde ni los seis concejales que lo apoyaban, y que una amenaza de bomba retrasó. En los alrededores del Concello, medio centenar de policías por si se complicaban las cosas y en la cabecera de la mesa de plenos, el comisario de Vilagarcía, por mandato de la Audiencia Territorial de A Coruña. Manuel Sánchez García (CIG) tomó la palabra para explicar su voto: «Voto a favor de la moción de censura contra Juan Nieto Dios por el mal estado y funcionamiento en que se encuentra este Ayuntamiento y, además, porque yo entré aquí para servir al pueblo. Quiero que se haga justicia, que se respete a los más necesitados y humildes y, sobre todo, voto con la intención de acabar con las cacicadas. Mi voto quiere buscar la paz y por eso se lo voy a dar a Sito», soltó.

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Sito Vázquez fue elegido alcalde y en la siguientes elecciones municipales, las de 1987, el PSOE logró la mayoría absoluta en Vilanova.