El 40 % de las mujeres del sector del mar gallego trabajan en la ría de Arousa

«O mar non é cousa só de homes». Con esa frase arrancan las conclusiones del estudio sobre la situación laboral de las mujeres del sector elaborado por el Galp y por la asociación Mulleres do Mar de Arousa. El mar no es solo cosa de hombres. En realidad, nunca lo ha sido, aunque durante demasiado tiempo el papel de la mujer ha pasado completamente desapercibido. Esa situación ha ido cambiando en los últimos años, y estudios como el que ahora nos ocupa pretenden, precisamente, hacer visible lo invisible. En este caso, se trata de dar proyección a un colectivo femenino que aglutina al 40 % de las trabajadoras del mar gallego.

Los datos son incontestables. La ría de Arousa es un bastión de la pesca, el marisqueo y la acuicultura del mejillón. Y en todos esos sectores hay mujeres. En algunos casos, como el marisqueo a pie o el trabajo en las conserveras, su presencia es rotunda, indiscutible. En otros, hay una abrumadora mayoría de hombres. Sin embargo, «a evolución nos últimos cinco anos tende a mesturar cada vez máis a homes e mulleres nas disintas actividades», si bien es cierto que «elas acceden a eses novos espazos de traballo en menor cantidade que eles», según señala el estudio del Galp Ría de Arousa.

El sector del marisqueo, en sus distintas variantes, es en el que se mantiene una división de género más marcada. Ellas son abrumadora mayoría en el trabajo de a pie (84,8 %), ellos en el de a flote (97,4 %). Y en el medio, están los parquistas de Carril, en el que «as porcentaxes de dedicación son case igualitarias».

¿Y qué pasa con el sector del mejillón? Según el informe, «está ocupado maioritariamente por homes, pero nel as mulleres levan participando tradicionalmente como tripulantes, armadoras e concesionarias das bateas». Aún así, son invisibles, y eso que en los últimos años se percibe «un aumento das mulleres nos cargos directivos, o que é algo positivo, sobre todo tendo en conta que o seu sector é eminentemente masculino».

«Para dirixir unha confraría, como para calquera outra cousa, o fundamental é o equipo; non hai que saber de todo»

r. estévez

Trabajan en las playas, pero también subidas a los barcos y sobre los pontones de las bateas. Las mujeres forman parte de la ría de Arousa y, sin embargo, son prácticamente invisibles más allá de los colectivos en los que son mayoría aplastante. Esa invisibilidad surge, es inevitable, del hecho de que las féminas apenas están representadas en los órganos de gobierno de las cofradías y de las asociaciones de mejilloneros. De hecho, en Arousa hay una única patrona mayor, María José Vales, que dirige el pósito de Vilanova con serenidad y firmeza. «Ás mulleres cóstanos traballo presentarnos para estes cargos», asegura ella. Les cuesta por varias razones. «Por un lado, porque estes postos consumen moito tempo», dice Vales, y de tiempo no suelen andar sobradas mujeres que concilian su vida profesional con la familiar. Por el otro, porque a las mujeres las persigue la sensación de que para dirigir una cofradía hay que conocer todos los entresijos de los distintos sectores. Pero no es así. «Para dirixir unha confraría, como para calquera outra cousa, o fundamental é rodearse dun bo equipo. Non hai que saber de todo, hai que contar cun grupo de xente preparado», asegura la patrona mayor, que ha palpado en cientos de reuniones y conversaciones con mujeres del mar esa sensación de una autoexigencia llevada al extremo. «Parece que as mulleres temos que saber todo de todo. ¿Acaso os patróns maiores teñen todos os datos sobre todas as cousas? O que hai que facer e traballar con seriedade e centrarse. Moitas veces, antes dunha reunión, eu teño que adicarlle tempo a documentarme ben e a prepararme, forma parte da responsabilidade do meu cargo. Pero, de todos os xeitos, insisto en que non debemos esquencer que isto é un traballo en equipo».

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