Una avería como la del viernes dejaría a toda al comarca sin agua en verano

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

ANA GARCIA

O Salnés carece de capacidad de almacenamiento, por lo que urge un nuevo depósito

01 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En los dieciocho años que José Ramón García Guinarte lleva al frente de la gerencia de la Mancomunidad, nunca antes una avería había cortado el suministro de agua a la planta potabilizadora de O Salnés. El parón obligó a dejar sin servicio, durante largas horas, a los vecinos de las localidades de Vilanova y A Illa, dos municipios que carecen de depósitos de cola. La avería, provocada aparentemente por el incendio de un transformador externo a los bombeos, está siendo analizada con detalle para aclarar sus causas y determinar si la Mancomunidade do Salnés puede o no reclamar a Naturgy los daños ocasionados, que aunque aún no han sido cuantificados ya se pueden considerar cuantiosos.

Guinarte explicaba ayer que el viernes se concatenaron una serie de circunstancias que anularon todas las prevenciones adoptadas por la mancomunidad para evitar cortes del suministro. Primero, porque el fallo afecto a los bombeos de reserva; y hasta el sistema de emergencia de conexión rápida se vio afectado por el problema eléctrico y quedó fuera de servicio. «O menos malo de todo isto é que se demostrou que hai capacidade de reacción e que so dous concellos se viron afectados», explica el gerente de O Salnés, quien quiso agradecer la diligencia con la que el personal de Viaqua abordó la situación y logró desbloquearla con celeridad.

Pero ni toda la profesionalidad del mundo habría logrado evitar que la avería se convirtiese en algo mucho más serio si, en vez de ocurrir en pleno mes de diciembre, se registrase en los meses de verano. «Se tivese sido así, en tres horas quedariamos sen auga», porque la red de O Salnés no tiene capacidad de reserva suficiente. Así que lo ocurrido el viernes no ha hecho más que volver a poner de manifiesto la urgencia de ampliar el número de depósitos de agua, para «ter máis marxe da manobra ante calquera tipo de incidente que se poida producir», según García Guinarte. El organismo supramunicipal ya ha hecho los deberes para conseguir ese objetivo cuanto antes, con la adquisición en Tremoedo de 30.000 metros cuadrados que permitirían ampliar la estación potabilizadora y construir dos depósitos de agua que complementen al actual, que es claramente insuficiente.

A la espera de que la Xunta asuma un proyecto tan costoso como necesario, la mancomunidad busca otras alternativas para intentar asegurar su precaria red. Gracias a un proyecto del IDAE, que se traducirá en una inversión de 750.000 euros, se va a monitorizar toda la red, instalar nuevas bombas de impulsión mecánica; e instalar nuevos motores de alta eficiencia. Lo que hay estará «optimizado»; no podrá dar más de sí. El problema es que, ni siquiera así, será suficiente.